Según la auditoría anual del National Trust (organización conservacionista británica), la fauna británica ha sido «devastada por una letanía de fenómenos meteorológicos extremos» durante el año pasado. Las condiciones extremas, que han incluido fuertes tormentas pero también unas temperaturas que han sido las más alta de la historia de Reino Unido, han arrasado con parte de la flora y fauna más importantes del país. Algunas especies como los sapos, los murciélagos o los grandes árboles han sufrido dificultades para sobrevivir debido a las altas temperaturas.
Ben McCarthy, responsable de conservación de la naturaleza del National Trust, ha afirmado: «Algunos hábitats, como los humedales y las praderas, se secaron por completo en algunas zonas. Esto afectó a todas las especies que hacen de ellos su hogar».
Keith Jones, asesor de la organización benéfica sobre la crisis climática, lo explicaba así: «El tiempo de este año ha sido un reto para la naturaleza. La sequía, las altas temperaturas, las tormentas consecutivas, el calor fuera de temporada, la ola de frío y las inundaciones significan que la naturaleza, como nosotros, tiene que hacer frente a una nueva letanía de fenómenos meteorológicos extremos».
Un nuevo informe del National Trust nada esperanzador con la fauna y flora
El National Trust ha sacado a la luz en su nuevo informe, que estamos ante una emergencia climática. Y aseguran que lo que en 2002 parecían fenómenos meteorológicos extremos, ahora se convertirán en la norma.
Así, Jones añadía: «Los meteorólogos predicen que en el futuro habrá más lluvias torrenciales y veranos muy secos y calurosos. Vamos a sufrir más inundaciones, sequías, olas de calor, tormentas extremas e incendios forestales, que irán de mal en peor. Batir récords con una frecuencia cada vez más alarmante será lo normal si no limitamos nuestras emisiones de carbono».
Sin embargo, hay algunas especies a las que les ha beneficiado. Por ejemplo, debido a la ausencia de heladas tardías en la época primaveral, ha provocado que haya sido un año de buena cosecha para las manzanas. Y extraordinario para algunos frutos secos y bayas. Aunque incluso en estas situaciones, se piensa que el estrés causado a los árboles por las condiciones de sequía ha tenido algo que ver.
Así, según McCarthy, las especies que tienen requisitos más exigentes para sobrevivir son las que «se enfrentan actualmente a los mayores retos y necesitan nuestra ayuda para unir hábitats y hacer que los paisajes sean más resistentes al cambio».