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El Archivo Nacional de Cine Británico tiene ya 75 años

Echemos los relojes atrás: 20 de octubre de 2010; en pleno London Film Festival el British Film Institute abre las cortinas del escenario llenos de orgullo por lo que van a mostrar al público por primera vez…
El metraje empieza en 1910 con la salida del barco Terra Nova desde la ciudad de Lyttelton al sur de Nueva Zelanda hacia el Antártico. Un peligroso viaje durante el cual animales y provisiones se pierden y el navío tiene que romper gigantescas masas heladas durante más de 600km hasta alcanzar la gran barrera del hielo.

The Great White Silence de Herbert Pointing (1924), es una de las pocas cintas que han sobrevivido del cine mudo británico y que documenta la legendaria y trágica expedición antártica del capitán Robert Scott entre 1910 y 1913. La cinta de más de 2130 metros fue mostrada tal y como el original, en «color» y completa, ante el deleite de los selectos asistentes.

229.000 kilómetros de nitrato glorioso

Si una maravilla así es posible, incluyendo su estreno en cine y DVD para 2012, es gracias a una de las instituciones más importantes del mundo: el Archivo nacional de cine británico. Robin Baker, curador-director del Archivo, aparece con unas tazas de té a la inglesa a la vez que se sienta frente a mí meditando «del Archivo hay tanto que decir como cantidad de documentos guardados en él – comienza Robin – sólo pensemos que es uno de los más grandes e importantes del mundo. En nuestra cámara atesoramos alrededor de 200.000 películas y 800.000 programas de televisión. Además tenemos la impresionante colección de documentos especiales: unos 30.000 guiones sin publicar que pertenecieron a personajes como David Lean (Lawrence de Arabia, 1962), a películas como Star Wars (1977) o el guión original que Carol Reed utilizó al rodar The Third Man (1949). Todo esto sin dejar atrás nuestros cinco millones de fotos, posters y diseños de producción y vestuario.»

El Archivo celebra sus 75 años desde que fuera fundado como la Biblioteca nacional de cine por Ernest Lindgren, archivista y escritor británico. «Ya en 1935 eran muy conscientes de que la cinta de cine se descompone rápidamente. Además, el cine en sus principios era considerado como un juguete de feria, algo desechable y comercial y debido a que los negativos tenían un contenido tan alto en plata, se fundían para recuperar el metal precioso. Así que el hecho de que solo un 20% del cine mudo británico sobreviva es hasta una cantidad afortunada. A lo largo de los años hemos aprendido mucho acerca de cómo conservar el cine y hemos cometido muchos errores también.»

¿Errores fatales?

Bueno, en los años 50 y 60, para prevenir que las cintas desaparecieran, se empezaron a transferir a «cintas de seguridad«que eran de acetato. El problema resultó al darnos cuenta de que el acetato también se deteriora y en ocasiones termina mucho peor. Hoy en día el nitrato está en mejores condiciones, así que uno de nuestros proyectos actuales es devolver las cintas de nuevo a nitrato. Además, y esto lo sabe muy poca gente, gran cantidad del primer cine estaba coloreado y tintado, era cine «a color» y al transferir a acetato se hizo en blanco y negro. Hemos estado viendo películas en blanco y negro durante 80 años ¡que en realidad estaban coloreadas! Con la restauración y la devolución a nitrato queremos enseñar al publico el cine tal y como debía ser visto desde el principio.

Una de las trabajadoras de la entidad estudia una de las cintas.

¿Y se puede conseguir una réplica exacta del original?

Es lo que hicimos con The Great White Silence. Tenemos los originales pintados, las impresiones que se mostraron en cines y anotaciones originales del proceso de tinturado. Podemos lograr réplicas muy aproximadas.

Pero todos estos esfuerzos no son suficientes; «durante décadas y décadas nos hemos sentido frustrados de saber que no estamos haciendo el trabajo que deberíamos.» A pesar de la minuciosa labor, el deterioro de los celuloides ocurre a una velocidad de vértigo porque, en 75 años, no ha sido posible guardar las latas en las condiciones necesarias para frenar el paso del tiempo: el celuloide debe ser guardado a una temperatura de menos cinco grados centígrados y a una humedad relativa del 35%. Sin embargo, gracias a la millonaria inversión a través del programa Screen Heritage UK, se acaba de construir una bodega especial para este fin y que empezará a funcionar en 2011. «Es un paso enorme, el gobierno entendió que a menos que construyéramos esa bodega nada puede detener el proceso de desintegración de la herencia cinematográfica. Cada grado centígrado menos le regala cientos de años de vida a cada pieza maestra. Es emocionante

Pero ¿por qué invertir tantos millones en preservar un archivo de cine? ¿Sólo porque los artistas y cinéfilos del mundo se desmayarían al ver el metraje convertido en polvo de plata? «Hay que desterrar la idea de que un archivo es una colección de largometrajes famosos. La realidad es que la parte más importante de un archivo se compone de las películas de no ficción. Las cintas de cine ofrecen un documento histórico donde no hay nada más. Por ejemplo, una de las mejores partes de nuestra colección pertenece a la época del colonialismo británico. Toda esa época está documentada porque se grababa para la propaganda. Son documentos extraordinarios de una época de cuando no existe ninguna otra reseña como es el caso de Nigeria o de la India colonial.»

Y también de la vida diaria…

Sin duda. Una de nuestras «joyas de la corona» es la Mitchell & Kenyon Collection. Se trata de 700 cortometrajes realizados entre 1900 y 1910 que se encontraron hace 15 años en barriles en el depósito de una tienda; increíble. Son el tipo de cortos que se hacían en la época donde se grababa a la gente en las calles para que luego fueran por la noche a la feria y se vieran a sí mismo grabados en la cinta. No puedo pensar en ningún otro ejemplo que se le parezca en el mundo: 28 horas de material de referencia que está ahí para dar testimonio de la vida en Gran Bretaña de hace 100 años.

Así que esto es para lo que sirve un archivo de cine, para recuperar y poner a disposición del público un material histórico vivo. Con motivo del 75 aniversario, el Archivo está llevando a cabo dos proyectos inmensos de restauración: el Rescue The Hitchcock 9 (Salva a los 9 de Hitchcock) que pretende restaurar 9 trabajos inéditos del genio del suspense, y el 75 Most Wanted (Los 75 más buscados) que, durante el tiempo que haga falta, publicará y rebuscará por el mundo 75 títulos del cine que se dan por perdidos y se quiere recuperar estén donde estén.

«Hemos descubierto ya algunos títulos pero aún no puedo decir cuáles son. – Sonríe – El más buscado de los más buscados es el segundo largometraje de Hitchcock Mountain Eagle (1926). Pero en la lista también están algunos trabajos tempranos de Errol Flynn o Sean Connery. No es que vayamos entender todo el cine cuando los tengamos, pero… – y da una pausa mientras sorbe su té ya frío y me mira de reojo con picardía – ¿no te mueres de la curiosidad de ver a Errol Flynn justo antes de que se convirtiera en tremenda estrella internacional?

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