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7 curiosidades que desconocías sobre la monarquía británica

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La reina Isabel II junto a Felipe de Edimburgo./De Lorna Roberts. Shutterstock.com

Con el fallecimiento de la Reina Isabel II hace ahora un año, las búsquedas en internet sobre la monarquía británica se dispararon. Y es que la familia real británica, con una historia que abarca siglos, es un pilar fundamental en la vida y la cultura del Reino Unido. Desde sus raíces históricas hasta su papel en la actualidad, esta dinastía real ha ejercido una influencia perdurable en la nación británica y el mundo entero, evolucionando con el tiempo para reflejar los cambios y desafíos de la sociedad moderna. Por eso hoy desde El Ibérico, queremos contarte una serie de curiosidades que quizá desconocías sobre la que quizá ser la monarquía más famosa del mundo.

1. La monarquía británica dio el nombre a las galletas María

Una de las galletas más populares en todo el mundo, tanto para el desayuno como para picar entre horas, es la clásica galleta María, sin ningún chocolate o elemento añadido. Su lugar de nacimiento ha sido reclamado por varios países, sin haberse llegado hasta la fecha a una conclusión satisfactoria. 

En España circula el mito de que el origen del nombre de las galletas se debe a un pequeño homenaje del empresario Eugenio Fontaneda, que decidió llamarlas así por amor a su nieta. Pero lo cierto es que Reino Unido se adelantó con el nombre, que también fue en honor a una persona llamada María. 

Los reposteros James Peek y George Frean pusieron en circulación una galleta con la que acompañar al tradicional té de las cinco. Pero en un mercado saturado de productos similares tenían que encontrar alguna forma de darle visibilidad. Aprovechando que en el momento en que la galleta era lanzada al mercado tenía lugar la boda entre el príncipe Alfred, hijo de la popular reina Victoria, y Maria Alexandrovna, los galleteros se valieron del acto social para poner en circulación una galleta a la que bautizaron como ‘Marie biscuit’.

La mitomanía de los británicos en todo lo relacionado con la familia real hizo el resto, ya que su asociación con lo que se dio en llamar el «evento del año» logró que la galleta adquiriera una gran popularidad en un brevísimo lapso de tiempo. 

2. ¿Tienen algún poder la monarquía británica sobre los países de la Commonwealth?

La llamada Commonwealth es una comunidad de naciones históricamente vinculadas a Reino Unido y a la monarquía británica, al nivel que lo puede ser la Organización de Estados Iberoamericanos respecto a España. En la actualidad El Rey Carlos III es el representante de la mancomunidad y su cara más visible. 

En la mayoría de los estados miembros su poder es sólo simbólico, limitándose a nombrar virreyes o representantes de los gobiernos nacionales, pero hay dos lugares donde conserva poderes efectivos. En las Islas Cook el actual monarca es el encargado de elegir personalmente a su representante en dichas dependencias, y en Canadá puede nombrar senadores y también otorgar títulos nobiliarios por prerrogativa regia. 

3. Proclamada reina con sólo seis días

María I de Escocia, llamada también María Estuardo, es sin duda la más conocida de los monarcas escoceses por los avatares de su vida y su trágica muerte. Y casi se podría decir que el futuro que le esperaba estaba ya escrito desde su cuna. Con tan sólo 6 días, y tras la muerte de su padre el rey Jacobo V, fue proclamada Reina de Escocia. Durante su juventud, su madre actuó como regente, y ésta estuvo marcada por una continua red de conspiraciones para desposeerla del trono, algo que sin duda acabó por moldear su carácter. 

4. Monarcas sin apellidos en la monarquía británica

Hasta 1917, los miembros de monarquía británica no tenían apellido, y estos eran conocidos por el nombre de la casa o dinastía a la que pertenecían o el país sobre el que reinaban. El cambio fue adoptado ese año por el rey Jorge V, que adoptó el nombre de la Casa de Windsor no sólo como el de la Casa Real a la que pertenecía sino también como apellido oficial. 

La familia real hasta ese momento era conocida como la familia de Sajonia-Coburgo-Gotha, una sucesión de nombres de origen germánico que no dejaban ninguna duda sobre su origen alemán. En el verano de 1917, en el punto álgido de la Primera Guerra Mundial, un ataque aéreo ejecutado por unos aeroplanos alemanes conocidos con el nombre de «Gotha» en el que perecieron 162 personas, puso en aprietos a la Casa Real Británica, ya que el público comenzó a vincular estos al país con el que precisamente se estaban enfrentando.

Así que Jorge V decidió que era necesario adoptar un nuevo nombre con el que desvincular a la familia real de sus orígenes alemanes. Tras barajar varias alternativas, como York, Lancaster o Plantagenet, fue una propuesta del primer ministro Lloyd George la que ofreció una solución satisfactoria. Éste propuso el nombre de Windsor, como el del famoso castillo que forma parte de la red de dependencias reales. Con ello no tan sólo se elegía un nombre inequívocamente relacionado con la familia real británica, sino que también se optaba por un nombre genuinamente inglés, apellido cuyo uso se ha mantenido hasta la actualidad. 

5. Un ‘Bloody Mary‘, por favor 

Y si el nombre de la galleta maría se debe a una mezcla de mitomanía monárquica y campaña de marketing, el del famoso cóctel Bloody Mary debe también a una combinación de cuestiones realistas y una pizca de lo que casi se podría calificar como humor negro. El famoso cóctel, compuesto de tomate, vodka y limón, entre otros ingredientes, debe su nombre a María Tudor, nieta de los Reyes Católicos e hija de Enrique VIII, que en su cruzada contra el protestantismo llevó a cientos de fieles a la hoguera. Tal cruenta sangría quedará para siempre presente a través de un cóctel teñido de rojo en honor a la sangre derramada en esta persecución. 

6. Vuelos separados

Una de las normas que se ha encargado de establecer el protocolo que regula la Casa Real Británica es que dos o más herederos no pueden viajar juntos en el mismo avión. La norma es obvia, ya que con ella lo que se busca es evitar que se cree un problema sucesorio por la muerte en alguna fatalidad de varios herederos. Esta norma es seguida a rajatabla en la actualidad por la monarquía británica, y en la única ocasión que ha sido infringida es cuando el Príncipe Guillermo de Cambridge viajó con su hijo Jorge en un viaje a Australia cuando este tenía sólo nueve meses de edad. 

7. Un matrimonio imposible

Hasta 2015, y sólo tras la aprobación del Acta de Sucesión de la Corona, era imposible para un monarca británico casarse con alguien que profesara la religión católica. A través de la misma normativa también se acabó con la preferencia del varón sobre la hembra, de modo que desde entonces se designa como sucesor al hijo o hija de más edad con independencia de su género. 

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