Con cientos de nombres, que van de la canola en Canadá, mostaza en italiano, kolsa en alemán o en inglés en donde se lo conoce como rapeseed, el aceite de colza sigue siendo un gran desconocido, debido a la poca comercialización y a la mala fama de años pasados. Sin embargo, dos jóvenes ingleses de Suffolk han decidido dejar atrás la vida convencional y comercializar un aceite del que afirman, tener más cualidades que el aceite de oliva.
Proveniente de la familia de las brasicáceas, la colza o brassica napus, es una flor de color amarillo brillante, que puede llegar a medir hasta un metro de altura. La característica de su flor y su color es lo que John y Tom Brooks, eligieron a la hora de crear su imagen de marca.
Con Love Farm, nombre que han elegido para salir al mercado, quieren conseguir que los consumidores opten por un nuevo producto, genuinamente británico. Su aceite de colza lo producen en la granja familiar que poseen en el condado Suffolk, al este de las Islas Británicas.
El cultivo de la flor lo hacen utilizando la menor cantidad de productos químicos, característica que muchos agricultores usan para así alejarse de las pautas de un mercado globalizado y en serie. Cuando ya está lista -la flor de la colza se puede recoger a mediados de primavera-, pasan a la limpieza y extracción del aceite, hasta el embotellado en frío, característica única.
Aunque muy usado en países como Canadá, los Estados Unidos y el norte de Europa, el aceite de colza puede ser muy peligroso si no se refina correctamente. En España, su fama cayó en picado en 1981, cuando un reparto ilegal de aceite de colza para uso industrial, provocó la muerte de cerca de 700 personas y la intoxicación de más de 2000. Esta partida, proveniente de Francia, se comercializó en mercadillos ambulantes. Aún siguen las indemnizaciones a los afectados de una enfermedad que desde entonces se conocería como el síndrome del aceite tóxico.
Sin embargo, parece que hoy en día este tipo de usos fraudulentos están más que superados y así lo demuestran John y Tom con Love Farm, con el que llevan pocos meses pero que han conseguido un gran respaldo de consumidores y prensa local, ya que han sido nominados por East Anglia Daily Times (EADT) para obtener el primer premio al mejor producto de la comarca de Suffolk. Ya han estado vendiendo su aceite por distintos mercados toda la zona, aparte de otros de Londres, como en Borough Market o participando en el Clapham Farmers´ Market que tuvo lugar en mayo. Han concedido entrevistas para medios locales y recibido muy buenas críticas por parte de expertos en productos agrícolas. También prevén la comercialización de otros productos, como zumos orgánicos o miel, que también producen desde su granja. Actualmente están en conversaciones con una conocida cadena de supermercados ingleses, para la futura distribución a escala nacional.
Pero, ¿qué es lo que realmente diferencia al aceite de colza de otros más famosos como el aceite de oliva? A los mediterráneos les cuesta creer que haya una alternativa más saludable al consolidado aceite de oliva, conocido, exportado y que constituye un sello de fábrica no de un país, sino de una cultura y formas de entender la vida y la gastronomía.
En contra de lo que puedan opinar los escépticos, el aceite de colza si se produce de forma correcta, contiene la mitad de grasas saturadas que el aceite de oliva, además de diez veces más cantidad de omega 3, por lo que lo hacen excelente para prevenir un gran número de enfermedades y ayudar a seguir una dieta saludable. Al igual que el aceite de oliva, se puede usar para aderezar ensaladas, acompañado con pan, para freír y hornear pasteles. Su sabor es muy suave, con un ligero toque a nueces lo que lo hace ideal para los amantes de la cocina oriental. Tom afirma que los que lo prueban no pueden creerse lo bien que sabe.
Para estos dos jóvenes, el aceite de colza ha sido una gran ocasión para empezar un negocio. «Aun estando en crisis se puede tener una buena idea y triunfar con ella. En cualquier circunstancia y momento, hay una oportunidad esperando» afirma Tom. Por encima de esto, y a su modo de ver, el campo está experimentando en los últimos meses un gran crecimiento, ya que muchos jóvenes están volviendo a sus lugares de origen a consecuencia de los problemas económicos de la situación actual.
Sin embargo, el reto está aún por llegar. Tom y John Brooks, quieren conseguir que los consumidores acepten el aceite de colza como una parte natural de la dieta británica y que opten por él como primera elección. «Aunque en los supermercados puedes encontrar multitud de aceites vegetales, todavía es muy nuevo eso de comprar un aceite virgen extra de colza que se conserva en frio.» Asegura Tom. Entre sus metas está consolidar su marca y cambiar el concepto anticuado que se tiene de los productores agrícolas y reeducar a los compradores, que conozcan los beneficios de usar su aceite ya que, como Tom comenta, una vez que lo usas, no puedes parar de hacerlo.
Botellas listas para su comercialización.