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Ahorrando para el futuro

La mayoría de personas reconocen que ahorrar dinero es muy importante, pero pocos lo han adquirido como hábito. Las razones para ahorrar son variadas; sin embargo, se pueden identificar tres principales motivos: compra de vivienda, precaución ante una emergencia y preparación para la vejez. Las dos primeras parecen ser las más comunes e incluso las más esperadas socialmente; por otro lado, reservar recursos para la vejez parece ser una motivación reciente. Es por esto que debemos comprender la importancia de planificar hoy la situación económica personal de mañana.

La palabra jubilación se deriva de la palabra “júbilo”: alegría, gozo; no obstante, la mayoría de personas que llegan a esta etapa se enfrentan a un tiempo de ocio forzado, el cual -muchas veces- no saben cómo sobrellevar. Si no existe un plan de vida adaptado a la vejez, es probable que la persona experimente una depresión permanente que le impida proyectarse e ilusionarse con su nuevo estatus de no asalariado.

Además, las pérdidas que usualmente se experimentan en el proceso de envejecimiento (enlentecimiento motor, deterioro de la salud, disminución de algunas capacidades cognitivas, entre otras), hacen que tanto las personas que eran asalariadas como las que solo han trabajado en el hogar experimenten sentimientos de vacío, inutilidad y frustración.

Así, al conjugarse la falta de actividades, las mermas físicas y emocionales y la ausencia de un plan de vida, a menudo, las personas asumen una posición de “matar el tiempo” mientras esperan… esperan a que lleguen los nietos, esperan las citas médicas, esperan la senectud, esperan la muerte. Sin embargo, la vejez no debe ser una época para esperar; es una etapa que permite tener el tiempo para hacer las cosas que en otros momentos de la vida no podían realizarse debido a múltiples ocupaciones: cuidar a los hijos, atender la casa, ganarse el sustento diario, estudiar, entre otras.

Ahora bien, la realidad de casi todos los adultos mayores es que, aunque tienen tiempo disponible, no cuentan con recursos económicos. Es frecuente que el dinero de la pensión solamente les alcance para el sustento diario y quienes no tienen tal ingreso deben vivir en casa de algún familiar o en instituciones de atención especializada como hogares de ancianos y albergues.

Es por ello que resulta fundamental tomar conciencia de la calidad de vejez que deseamos, ya que la adecuada adaptación a esa nueva etapa la empezamos a construir hoy. Si deseamos tener recursos económicos que nos permitan tener un envejecimiento más placentero, es importante que, así como en el presupuesto familiar incluimos la compra de la comida y el pago de los servicios públicos, destinemos cierta cantidad de dinero a establecer un fondo de ahorro.

Economizar para la vejez tiene que ver con aspirar a una calidad de vida integral más satisfactoria y plena, que nos permita disfrutar de las tan esperadas vacaciones… con la ventaja de que no serán por dos semanas, sino que tendremos vacaciones por ¡15 ó 20 años!

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