El fotógrafo Alberto García-Alix (León 1956) ha sido nominado como uno de los candidatos al premio Deutsche Börse Photography 2014 por su trabajo Autorretrato/Self-Portrait (2013), libro editado en España por La Fábrica. Este premio fue instituido en 1996 por la prestigiosa Photographer´s Gallery de la capital británica y su alcance artístico es comparable al de la Tate con su valorado Turner Prize. El preciado galardón fotográfico reconoce a un artista vivo, de cualquier nacionalidad, por un trabajo específico – exposición o publicación – que haya contribuido significativamente a la fotografía en Europa el año anterior. García-Alix compite con otros tres destacados fotógrafos, Jochen Lempert, Richard Mosse y Lorna Simpson, y el hecho de estar entre los nominados supone un importante reconocimiento internacional a su trayectoria. Además, el premio está dotado con 30.000 libras, aportadas por la firma alemana que le da nombre. El fallo del jurado será anunciado el próximo mes de mayo.
Autorretrato/Self-Portrait permite seguir la evolución del concepto de este particular género, que García-Alix ha realizado a lo largo de sus más de 30 años de carrera. La publicación recoge 150 instantáneas, muchas de ellas inéditas, y abarca desde sus primeros autorretratos, los lugares por donde ha ido pasando y que conforman sus vivencias, hasta fragmentos de algunos de sus trabajos en vídeo. La obra no responde a un enfoque cronológico de su vida, sino a la forma en la que el artista se mira a través de la fotografía y entiende su evolución a lo largo de los años.
García-Alix pertenece a una generación donde el inconformismo, la provocación y el desenfreno eran los valores en alza. A finales de los 70, después de 40 años de cultura oficial, España vivía esa inflexión entre la dictadura y la nueva sociedad democrática abierta a la modernidad. En la capital, grupos de jóvenes antisistema, empeñados en mejorar el mundo, daban lugar al más significativo movimiento contracultural español, la denominada Movida Madrileña. Una generación que entendía que vida y obra eran la misma cosa, donde creadores como Ceesepe, Ouka Lele o el Hortelano compartían trabajos con grupos de música como Los Secretos, Nacha Pop o Alaska y los Pegamoides. Esta nueva prole contestataria contaba con el apoyo de periodistas como Jesús Ordovás o Paloma Chamorro y sus propios medios de difusión en forma de fanzines, como los emblemáticos La Luna de Madrid o el Madrid me Mata, donde colaboraban teóricos y escritores prestando soporte intelectual a los nuevos tiempos. Una corriente de libertad que buscaba adecuar a la nueva sociedad lo que sucedía en ciudades emblemáticas como Londres, París o New York, donde triunfaba lo punk, lo glam y lo underground, o lo que es lo mismo, la resistencia a una cultura dominante y políticamente correcta.
García-Alix comienza fotografiando ese mundo que es el suyo y nos deja conocidas y poderosas imágenes sobre los que conformaron este colectivo. Algunos, personajes de la calle, anónimos, descarnados, víctimas de la dispersión social, y otros que se convertirían en nombres conocidos como Pedro Almodóvar, Rossy de Palma, Ines Sastre, Emma Suárez o Camarón de la Isla, entre tantos otros. Sus retratos reflejan la atmosfera de una época. El descubrimiento de August Sander, Walker Evans o Diane Arbus son decisivos a la hora de enfrentar su relación con la fotografía.
Su trayectoria profesional ha estado jalonada de galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de Fotografía en 1999 y el premio PHotoEspaña 2012. Igualmente, el reconocimiento artístico de sus trabajos le ha llegado de las más altas esferas, siendo representado por la prestigiosa galerista Juana de Aizpuru. En 2008, el Museo Nacional Reina Sofía le dedicó una gran retrospectiva, titulada De Donde no se vuelve, una extensa selección de fotografías de diferentes épocas y formatos. En 2010 fue invitado especial del diario El País en la Feria ARCO, escaparate mundial de las tendencias más emergentes del arte español. Igualmente ha sido reconocido en Francia donde, además de exponer en numerosas ocasiones, ha sido recientemente condecorado con la insignia de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
García-Alix: «La cámara es el más claro espejo de nuestro tiempo»
Alberto García-Alix. Self-portrait with Ana Curra, 1984 © Alberto García-Alix. Courtesy of the artist.¿Fuiste consciente de tu papel testimonial?
No en aquel momento. Yo hacía esas fotos porque vivía un mundo de chupas de cuero, motos, drogas, tatuajes, música, chicas y alcohol. Más tarde, cuando descubro a estos fotógrafos, me di cuenta de que hacían retratos de lo que vivían y de lo que veían a su alrededor, de la sociedad de su época. Comprendí que mis fotos podrían ser algún día un documento excepcional.
Viviste una etapa clave de la creatividad en España ¿Se ha vuelto a dar un momento cultural así?
No, aquel vitalismo y esperanza hoy no se ven por ninguna parte. Aquello fue producto de un momento irrepetible y único. Mañana quizás venga otro gran momento cultural y espero, por nuestro bien, que mejore y mucho lo que hicimos y lo que tenemos ahora.
¿Qué aportó Londres en ese renacer cultural?
Londres fue una luminaria en nuestro horizonte de jóvenes, sobre todo por la música y tendencias
¿Queda algo de aquellos años? ¿Cómo es ahora tu mirada?
Queda lo hecho y, en lo íntimo, un eterno inconformismo y rebeldía. Respecto a mi forma de mirar, ha ido cambiando, ha pasado por diferentes etapas. Ahora es quizá más abstracta en muchos sentidos y veo donde antes no veía. Es menos ingenua, más precisa, más metafórica, más… un espacio donde inventarme.
Autorretratarse ¿Es un acto de histerismo o de penitencia?
Ni una cosa ni otra, es vocación de existir y verme.
Retrato, autorretrato, moda, arquitectura, prensa… ¿Haciendo qué te sientes más fotógrafo?
Haciendo fotos sin más. Retratar para mí es una posición emocional frente a lo que miro.
¿Qué supone estar entre los mejores?
Todo reconocimiento es halagador y con esta nominación me siento muy contento.
¿Los premios facilitan el trabajo o suponen más presión a la hora de hacer algo nuevo?
Facilitar el trabajo, no creo. Lógicamente te hacen más conocido y dan prestigio, pero eso no hace más fácil el trabajo. La presión siempre está ahí, comienza cuando tomo la cámara y busco la imagen o cuando debo escribir los guiones de mi obra audiovisual.
¿Qué se puede hacer con una cámara en la mano ante la situación que se vive hoy en España?
Debemos continuar trabajando independientemente del caos cultural y político que nos envuelve. Aún en este estado de cosas, tenemos que seguir luchando. La cámara es también una posición ética y además, el más claro espejo de nuestro tiempo.
¿Qué foto te hubiera gustado hacer que en su día y no hiciste? ¿Cuál querrías hacer que aún no hayas hecho?
Las que no hice, solo me queda soñarlas y eso no es difícil. Y las que tomé hablan por sí solas, ellas misma se expresan. Hoy me gustaría retratar al torero más grande de los tiempos modernos, a José Tomás.
¿Qué le dirías a alguien que quiere ser fotógrafo?
Que adelante, si eso es lo que desea, que luche por ello y la única manera es fotografiando.
La dignidad del lado oscuro
Como afirmara Walter Benjamin, la construcción histórica está consagrada a la memoria de los sin nombre. Memoria que posibilita el establecimiento de un tiempo reciente, de reconocimiento de una clase revolucionaria. Los grupos subordinados producen, a partir de su sufrimiento y a espaldas del dominador, un discurso alternativo que representa una crítica al sistema, una resistencia a la dominación, y es por medio de ese discurso que hacen política sin saberlo. El mérito de García-Alix ha sido y sigue siendo presentar a la escena pública ese discurso de la España lumpen, reivindicando su dignidad y su derecho a ser otro en una sociedad domesticada. En Autorretrato/Self-Portrait García-Alix hace una reconstrucción de la memoria en primera persona, un recorrido iniciático, introspectivo, trágico a veces, invitando al espectador a dar un paseo por ´el lado salvaje de la vida´ – como diría Lou Reed – para encontrar sentido a esa eterna dualidad del todo o nada que el mundo ofrece a nuestro paso. Máximas que este artista lleva tatuadas en los nudillos de cada mano como recordatorio inmisericorde de su búsqueda personal.
Por la puerta grande
A pesar del reconocimiento unánime recibido desde hace años en países tan dispares como China, México, Francia o Argentina – donde actualmente expone en el Museo Nacional de Buenos Aires -, el trabajo de García-Alix no es especialmente conocido en Reino Unido. Ha tenido que ser de la mano del jurado internacional del premio Deutsche Börse que, por fin, el artista español ha hecho su entrada por la puerta grande a uno de los templos de la fotografía actual como es la Photographer´s Gallery. Igualmente resulta paradójico que a pesar de la envergadura sociológica de su trayectoria y la significancia política de sus inicios – valores en alza en el panorama artístico de este país – el elegido para su puesta de largo haya sido uno de los últimos trabajos, más fragmentario e intimista. Esperemos que la nominación se convierta en premio y se vea completado en breve con la organización de una retrospectiva que permita dar a conocer definitivamente en la capital británica la obra de Alberto García- Alix en toda su amplitud, saldando así una deuda que ha persistido hasta hace escasas fechas.