El entramado del metro de Londres es una obra arquitectónica viva. Desde que se pusiese en marcha allá por 1863, el suburbano de la capital inglesa ha ido creciendo día a día hasta la actualidad. Y es que actualmente el tube de Londes sigue en plena expansión no sólo con la construcción de la Elizabeth Line, sino con la prolongación de la Northern Line.
Desde el pasado año se viene trabajando en la ampliación de la línea negra desde Kennington hasta Battersea. Este nuevo trazado será una prolongación de la rama que pasa por Charing Cross y contará con la apertura de dos nuevas estaciones: una en Nine Elms, concretamente en Wandsworth Road y otra en la estación eléctrica de Battersea.
Las nuevas estaciones de la Northern Line abrirán en el año 2020
Esta ampliación tendrá un coste total de 1,5 billones de libras, cantidad financiada principalmente por el Ayuntamiento de Londres y capital privado. La zona de Battersea ha sido históricamente un emplazamiento incomprensiblemente inaccesible a pesar de su cercanía con el centro de la ciudad. Una de las primeras estaciones de trenes de Londres abrió en Nine Elms en 1838 aunque solo diez años después echó el cierre cuando la línea se extendió hasta la terminal de Waterloo.
Según Transport of London, la ampliación de la Northern Line podría suponer la creación de 25.000 puestos de trabajo y 20.000 viviendas en la zona. Se espera que esta ampliación del trazado, enclavado dentro de la zona 1 del underground londinense, esté abierto al usuario a partir del año 2020.