Aunque todos los años se repita la anécdota de la limpiadora que tira a la basura parte de una obra confundiéndola con basura del stand, lo cierto es que la industria del arte contemporáneo es un sector económico que mueve millones e implica a un público altamente especializado. Artistas, galeristas, coleccionistas, medios de comunicación, marcas comerciales y distintas audiencias de todas las edades se dan cita en las distintas ferias para conocer, analizar o evaluar las últimas tendencias artísticas y como no, adquirir arte según sus posibilidades. La feria madrileña ARCO ha cumplido este año con todos estos requisitos contando además con el valor añadido de recuperar la normalidad, dejando atrás los tiempos difíciles, donde acudían muchas menos galerías, había escasas adquisiciones, así como una escasa asistencia de público por temor aún a los contagios.
La feria en cifras
ARCO -una de las más importantes del circuito internacional junto a la de Art Basel en Suiza o la londinense Frieze– ha supuesto el inicio de la recuperación del mercado del arte tras una dura etapa motivada por la pandemia. Frente a las 130 galerías de la anterior edición, la actual ha contado con la asistencia de 211, procedente de 16 países, treinta y ocho mil profesionales, 450 coleccionistas internacionales, 200 expertos invitados de 40 países y se han contabilizado más de 100.000 visitantes.
Con respecto a las compras, el rango de adquisiciones ha oscilado entre los 300 euros (unas 260 libras) de alguna obra gráfica, hasta los 3.700.000-la pieza más cara de la feria- una obra de Chillida en acero de más 1500 kilos. Museos e instituciones de todo el mundo han acudido a la cita con importantes presupuestos para adquirir obras que incorporarán a sus colecciones. Por otra parte, los coleccionistas, verdaderos mantenedores de la escena artística, fueron los protagonistas de los dos primeros días de la feria, donde, según las primeras estimaciones, la cifra de ventas se aproxima a los tres millones de euros.
Ejes y temáticas
A la parte comercial se han sumado 47 stands en los programas comisariados, exponiendo pintura, escultura, instalaciones, fotografía, vídeo, new media, dibujo y grabado. La obra seleccionada por los comisarios abarca las vanguardias históricas, los clásicos contemporáneos y el arte actual. Este año ARCOmadrid ha incorporado como tema de investigación El Mediterráneo: Un Mar Redondo, un proyecto que pretende movilizar las relaciones que transcurren en el sur de Europa y de lado a lado en un esfuerzo por alcanzar un punto de encuentro para las creatividades compartidas de esta área geográfica: Líbano, Marruecos, Siria, Turquía, Argelia, Sicilia o Francia unidas por el Mediterráneo como eje de una identidad cultural más allá de ser destinos de turismo masivo o de desaparición y muerte de personas que buscan nuevas oportunidades de vida. Otros dos importantes ejes en torno a lo que ha girado la feria española han sido Nunca lo mismo. Arte latinoamericano, investigando la diversidad de formas, prácticas y sensibilidades artísticas procedentes de Latinoamérica, formada por una selección de artistas procedentes de Latinoamérica con un total de 11 galerías y 20 Proyectos de Artistas, representados por otras tantas galerías y seleccionados entre los más recientes creadores.
Respecto a las temáticas, esta ha sido una de las ferias más solidarias, conjugando el arte más nuevo con aspectos sociales: el feminismo, las cuestiones queer, la sostenibilidad, el impacto ambiental o las redes sociales han sido una constante en muchos de los stands que han conformado esta feria. Tampoco ha faltado el homenaje de los más jóvenes a los maestros consagrados o a mujeres artistas poco reconocidas por su aportación a la historia del arte, como es el caso de Miki Leal en su reconocimiento a la fotógrafa americana Louise Dahl-Wolfe, o el homenaje a la cultura clásica de Inmaculada Salinas.
Arte y PolíticaEl arte como arma política está más presente que nunca en esta edición, donde muchas artistas apuestan por dar a sus trabajos un significado claramente reivindicativo. Quizá lo más emocionante y más actual es la guerra de Ucrania. El año pasado la Feria comenzó con la invasión de Rusia ya en marcha y la contienda ha marcado esta temporada artística en lo económico y en lo político. En ARCO la guerra está muy presente en la única galería ucraniana, la Kiev Voloshyn Gallery. En su stand se incluye obra reivindicativa donde pueden verse carteles de ‘Stop Putin’, ‘Gas embargo on Russia’ o ‘Decolonize Russia’.
Entre las galerías más potentes, como la Malborough, también se suman al carro reivindicador, en esta ocasión la gigante americana trae una de las imponentes pieza de la serie Alfaguara de Martin Chirino, por 575.000 euros, inspirada en la importancia del agua y que preside su espacio en ARCO.
Por su parte, la galería ADN ha vuelto a llamar la atención con la obra Aquí murió Picasso, un simulacro hiperrealista de la figura muerta del pintor, del artista también malagueño Eugenio Merino, que ya ha destacaría en otras ediciones con una pieza del dictador Franco encerrado dentro de una máquina expendedora de refrescos. En esta ocasión, aprovechando la efeméride de la muerte de Picasso, el autor nos recuerda cómo esta figura no deja de funcionar como reclamo turístico, trayendo la gentrificación a la ciudad.
La presencia de galerías latinoamericanas ha sido numerosa este año y muchos de sus artistas apuestan por una denuncia contra la colonización, como el trabajo de la peruana Sandra Gamarra donde denuncia las huellas de la dominación y la violencia colonial, o como el caso del argentino Marcelo Brodsky, con una alegoría entre los procesos migratorios que han marcado América Latina y los que marcan al continente Africano. Una obra que se basa en la fotografía y que cuestiona el trato que Europa da a los migrantes. Una denuncia muy presente este año en la feria, ya que el tema al que está dedicada es el Mediterráneo.
En relación con la perspectiva de género, la feria comenzaría con la polémica de la negativa de su directora, Maribel López, a mantener un espacio específico dedicado a mujeres artistas, argumentando que los contenidos artísticostenían que venir de la mano de las galerías. Según los datos aportados por MAV (Mujeres en Artes Visuales) revelaban que solo el 21 % de los artistas presentes en ARCO eran mujeres cuando las graduadas en Bellas Artes son el 70 %, lo que resulta evidente respecto a la brecha de género.
Incertidumbre en Frieze
La feria británica Frieze abrirá sus puertas el próximo octubre bajo la sombra de la incertidumbre, ya que, desde sus últimas ediciones, muchas galerías que asistían sin falta a la cita anual, dejaron de hacerlo – como la española Juana de Aizpuru – debido no solo a las duras condiciones impuestas en la pandemia sino al descontento de los profesionales por los nuevos aranceles y las dificultades logísticas que impone la salida de la Unión Europea. Nuevos aranceles, un IVA sobre las exportaciones que varía entre el 5 y el 25%, costes de transporte más elevados y, sobre todo, la pérdida del aura cosmopolita y multicultural que tenía la capital británica y que desde el Brexit ha hecho peligrar su liderazgo. Galerías tan importantes como Zwirner, Lévy Gorvy o la muy londinense White Cube, artífice del éxito de los Young British Artists en los noventa, abrieron nuevas sedes en París para escapar a una fiscalidad desfavorable.
Por su parte, otras galerías europeas como la galería parisiense Mor Charpentier se enfrentó a problemas de transporte. Las obras de su expositor quedaron retenidas en la aduana durante días y llegaron solo al final de la feria. Además de la fiscalidad, la queja general es la burocracia ya que los galeristas se ven obligados a llenar cientos de papeles. Por su parte el Brexit también ha complicado de forma drástica el comercio y los viajes entre el Reino Unido y Europa
Por todo ello, los organizadores de la feria londinense han observado con atención el resurgir del mercado en la recién clausurada feria madrileña. ¿Podrá repetirse este éxito en la capital británica el próximo Octubre?¿Podrá alcanzar las cifras de venta anteriores al Brexit y a la pandemia?
El tiempo nos lo dirá y aquí estaremos para contarlo.