Los acontecimientos de aquel 11 de septiembre de 2001 pararon el mundo. Los medios de comunicación cancelaron su programación y ofrecieron unas imágenes que para muchos han quedado grabadas en la memoria para siempre. Ante lo imprevisible y la magnitud de los hechos, policias, bomberos y personas que, simplemente, pasaban por allí, se conviritieron en héroes intentando salvar la vida de miles de personas. En total, 300 bomberos y 23 policías murieron en las tareas de rescate. Los que sobrevivieron, pudieron comprobar cómo la sociedad estadounidense se volcó con ellos y mostraron su agradecimiento mediante homenajes, canciones o monumentos.
Uno de los socorristas fraudulentos conduciendo una moto de agua tras decir que no podía salir de casa.Ahora, tras más de una década de los atentados de las Torres Gemelas, el fiscal de Nueva York ha ordenado la detención de al menos 80 personas que fingieron sufrir enfermedades mentales causadas en las tareas de rescate. En concreto, se les acusa de un posible fraude en el reclamo de beneficios federales por discapacidad.
El fiscal de Manhattan y encargado del caso, Cyrus Vance, afirmó que «el descaro es impresionante» al haber utilizado algo tan sensible para los estadounidenses para obtener dinero: «La mayoría de ellos falsificaron reclamos de enfermedades mentales como resultado de los ataques deshonrando lo que ellos mismos defendían como un código: servir a la ciudad por encima de su propia salud física y mental». Según Cyrus, los acusados mintieron en los síntomas sabiendo que las enfermedades mentales son más difíciles de probar.
En el informe presentado se enumeran casos de fraude como el de un expolicía inculpado quien afirmó que lo vivido durante aquellas horas de terror le habían dejado secuelas y que era incapaz de salir de casa. En cambio, los investigadores descubrieron varias fotos en redes sociales donde el sujeto aparecía conduciendo una moto de agua.
El Fiscal Vance mostrando algunos casos de fraude.Otro de los arrestados solicitó una pensión ya que tras el 11S no era capaz de relacionarse socialmente con otras personas. Una falsa desmontada al aparecer en televisión vendiendo cannoli en una feria local. Otros fueron ‘pillados’ trabajando ilegalmente mietras cobraban pensiones por invalidez e incluso, uno de ellos aparecía perscando en Costa Rica.
Los acusados han sido puestos en libertad tras pagar una fianza que oscila entre los 250.000 dólares y el millón. Una minucia comparado con los cerca de 500 millones de dólares que ha costado este fraude al gobierno federal.
Pese a la nota negativa, las detenciones no han logrado ensombrecer la imagen de aquellos seres humanos que arriesgaron su vida por salvar la de otros durante los atentados.