Un informe del parlamento británico que fue publicado el lunes alerta de que el hambre es un problema creciente en y el gobierno ha comenzado a considerarlo «un problema serio».
El documento asegura que desde 2006 el número de personas obligadas a utilizar bancos de comida se ha elevado de manera preocupante. En 2006 eran menos de 10.000 mientras que en 2013 se elevó hasta más de 350.000 individuos.
Según indican las cifras, 3,5 millones de habitantes británicos no pueden permitirse una alimentación adecuada y cuatro millones están «en riesgo de pasar hambre».
El peligro de malnutrición infantil también se está convirtiendo en un problema en el Reino Unido. Unos 500.000 niños viven en familias que no pueden alimentarles de forma adecuada y algunas escuelas que han sido consultadas han estimado que un cuarto de los alumnos llegan con hambre a clase cada día.
Según el informe, el aumento de las facturas de la luz y el gas es una de las razones que está empeorando la situación. En él se muestra que los más desfavorecidos utilizan el sistema de prepago para abonar estos servicios básicos lo que provoca que paguen más por estos servicios. Al no poder abonar cantidades altas cada dos o seis meses, no pueden acceder a las ofertas de las empresas, lo que a la larga les hace pagar más que los ciudadanos con más recursos.
El sistema de benefits, como se llama a los subsidios en Reino Unido tiene un gran número de detractores en la sociedad británica, tanto en la calle como entre los tories que consideran que hay demasiada gente viviendo del Estado de manera fraudulenta o innecesaria.
Sin embargo, el informe alerta de que la reducción generalizada de los salarios y la tardanza en el pago de los subsidios son las causas de este empeoramiento de la situación alimentaria. «Los problemas en relación a los benefits son la principal razón que dan los bancos de alimentos del aumento de sus usuarios», puede leerse en el estudio parlamentario. También denuncia que los recién llegados al sistema de ayudas están encontrando más trabas, lo que les hace pasar «duros tragos» mientras esperan los subsidios.
Hace más de dos años que España se enfrenta a la misma situación. El último informe de Caritas situaba a nuestro país como el segundo de la Unión Europea con mayor índice de pobreza infantil después de Rumanía. El pasado mes de noviembre el Banco de Alimentos de España recogió 21 millones de kilos y Unicef estimaba en su último informe que 2 millones de niños españoles pasan hambre.