La Sala Penal del Supremo ha decidido que Baltasar Garzón sufra una condena de 11 años de inhabilitación por un delito de prevaricación. Al parecer, el juez había interceptado conversaciones que habían mantenido imputados del caso Gürtel en la cárcel. A pesar de que también estaba acusado de un delito contra las garantías constitucionales, lo cierto es que Garzón sólo ha sido condenado por el delito antes mencionado.
Así, el juez será suspendido en su carrera judicial; una decisión apoyada por toda la Sala, que ha hecho especial hincapié en la intervención que el juez hizo de las conversaciones de Pablo Crespo, Antoine Sánchez y Francisco Correa con abogados que les visitaron en prisión. El juez permitió que la información a la que había accedido fuera conocida por la Fiscalía y la Policía. Así, se vulneró el derecho de confidencialidad del imputado con su abogado.
Durante el juicio del 17 al 19 de enero, el juez se declaró inocente, asumiento todas las decisiones que, según él, «fueron tomadas reflexivamente y en cumplimiento de la más estricta legalidad».
El fallo fue comunicado, de manera personal al que era titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, que apareció con semblante serio sin hacer declaraciones.