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Crítica de ‘Batman v Superman: El amanecer de la Justicia’ (2016): sorprendente obra maestra

(Cuidado, hay spoilers en la crítica. ¿De verdad hay que avisar siempre?)

Una de las películas de superhéroes más esperadas de los últimos años resulta ser una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos. La secuela de la decepcionante Man of Steel (2013), de nuevo dirigida por Zack Snyder, es una obra maestra en la que las imágenes de Snyder se concilian con el brillante y reflexivo guión de Chris Terrio y David S . Goyer.

18 meses después del ataque del general Zod al planeta Tierra, algunos poderes del estado no están muy contentos por cómo Superman (un Henry Cavill más esforzado que en la primera parte) se ocupó del tema. Sí, vale, se cargó a Zod, pero matando sin querer a miles de ciudadanos en el camino. Dos personas en concreto están bastante molestas: la senadora Finch (estupenda Holly Hunter) y el magnate Bruce Wayne, a.k.a Batman (Ben Affleck, sobrio y furioso). El plan de los dos, por separado y a su manera, es hacer que el extraterrestre volador pague por lo que ha hecho. Otro ricachón, Lex Luthor (Jesse Eisenberg, postizo y excesivo, lo peor), cree tener el secreto para terminar con Superman…y con Batman.

Las risas y quejas (mías también) no tardaron en florecer desde que se conoció al nuevo actor que interpretaría a Batman. Ese no era otro que Ben Affleck, una estrella cuyas dotes delante de la cámara nunca han sido reconocidas por el público o la crítica especializada, siendo su faceta como director lo que en realidad le ha llevado a tener un pedigrí artístico importante. Affleck, sin embargo, demuestra que los que lo eligieron para meterse en el traje y en la piel del caballero oscuro sabían lo que hacían, o a lo mejor hasta han acertado por casualidad, ¡quién sabe! La apuesta era arriesgada, tanto como lo fue Daniel Craig para el papel de James Bond…y fíjense que ahora es el Bond más cool de la serie. Está claro que la audiencia no siempre lleva la razón, ni tampoco los críticos.

[pullquote]Es un mundo de fantasía donde al espectador no se le toma por tonto[/pullquote]Más allá del «asunto Affleck», los unos y los otros han vapuleado Batman v. Superman. No se pierdan el memorable video que circula en la Red al respecto. El motivo del mal recibimiento sorprende, teniendo en cuenta la profundidad y excelente criterio dramático que los guionistas han introducido para la ocasión. Uno de ellos, Terrio, también escribió Argo (2012), thriller dirigido por Affleck que ganó el Óscar. Ya tenía ganas de ver una película en la que los personajes comentaran por qué carajos los héroes destrozan todo a su paso para proteger a la humanidad. Nunca se habla de los daños colaterales, de las vidas perdidas en esa suspensión de la credibilidad a la que asistimos cuando vamos al cine. El film de Snyder lidia con eso, ofreciendo una nueva visión severa y lógica. En ese sentido le gana al Batman de Christopher Nolan, cuya seriedad era tan falsa como las carcajadas del Joker.

Batman v. Superman, además, expone las congojas, para nada pueriles, de los héroes principales. Superman tiene que cargar con la culpa de ser un salvador vilipendiado por su incontrolable fuerza, a la vez que sufre por no poder hacer más de lo que puede para atajar la espiral de violencia terrestre en el día a día. Magnífico es el plano de un Superman estático y cabizbajo ante la masacre, ocasionada por Lex Luthor, en la sala de juzgados. El visitante de Krypton se siente impotente, pero su corazón bondadoso y mesiánico entiende que los humanos tienen mucho que aprender aún. Y humano es Batman a pesar de sus acrobacias fantasmales, un hombre de carne y hueso que no acepta que Superman se pasee por el mundo haciendo lo que le da gana sin asumir consecuencias.

Dos horas y media de metraje necesarias. Hay mucho en esta obra imponente, y todo está bien contado, ninguna secuencia asfixia a la otra y cada una de ellas cuenta algo relevante hasta llegar a un final apoteósico donde lo visto en los minutos anteriores adquiere su sentido más amplio. Las madres de Wayne y Clark Kent, la aparición de Wonder Woman, las pesadillas de Wayne convertidas en señales del destino para ayudar a Superman en vez de destruirlo, la evolución (o involución) de Luthor con vistas a ser el villano de villanos, la inexplicable y eternamente romántica unión entre Lois Lane y Superman… Decenas de detalles, de imágenes espectaculares, de sentido estético y sensibilidad narrativa. Si Batman v. Superman emociona es porque sus creadores se han esforzado en no mezclar el vodevil con lo solemne, de ahí que la película quede como un producto auténtico, más adulto que cualquier otro cómic juvenil popular trasladado a la pantalla, inteligente, diferente y cercano. Es un mundo de fantasía donde al espectador no se le toma por tonto, no se salta reglas en la trama, es coherente. La Liga de la Justicia, la «liga de la concordia» entre superhéroes no podría haber tenido mejor comienzo.

 

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