A través de conmovedores testimonios, la emisora de radio pública BBC4 ha conmemorado esta mañana el 75 aniversario de la evacuación por mar de 4.000 niños españoles que partieron del puerto de Bilbao rumbo a las Islas Británicas para huir de las bombas de la Guerra Civil Española; una acción que se llevó a cabo por la presión política y social tras el terrible bombardeo de la Legión Cóndor alemana sobre Guernica.
Durante el programa se han escuchado canciones en inglés, pero con letras que hacían referencia a la historia española. Resultaban estremecedoras las historias, contadas a través de los recuerdos de los que en aquel entonces sólo eran niños asustados que viajaban a un país extraño sin sus padres, que se quedaron en tierra. «No llores, hijo, sólo estaremos separados durante tres meses». Son las últimas palabras que escuchó uno de los niños antes de emprender viaje. Pero esos noventa días se multiplicaron. Para algunos, el regreso no llegó hasta diez años después, mientras que otros jamás volvieron a España. Alrededor de 400 pequeños refugiados se quedaron en el Reino Unido, en gran parte porque las autoridades no pudieron encontrar rastro alguno de los parientes vivos para encontrar un camino de vuelta a casa.
«Estábamos completamente solos en el barco, no conocíamos a nadie…», recuerda otro de los testimonios que ha participado en el programa, donde se ha explicado que estos niños no tenían nada y que «una simple onza de chocolate era un mundo para ellos». «Todavía veo la imagen de una joven delgada y alta, que no tendría más de trece años, que bailaba flamenco encima de la mesa», se ha escuchado a través de las ondas.
Según han relatado los participantes en la tertulia, cuando llegaron a Gran Bretaña no entendían el inglés y no tuvieron más remedio que adaptarse. «En 1945, al terminar la Guerra Civil, muchos pensamos que regresaríamos… Pero no fue así. Llegaba la etapa de Franco», decían los testimonios. A pesar de que algunos comenzaron una nueva vida en las Islas Británicas, donde les acogieron «con solidaridad», han mantenido su identidad española muy viva aunque, eso sí, tocada por el trauma de haber sido arrancados de su familia cuando sólo eran niños que nacieron en tiempos de guerra.