Beber cantidades moderadas de café puede reducir hasta un 31% el riesgo de muerte prematura. Una investigación ha examinado los datos sobre los hábitos de consumo de cafeína de más de 171.000 británicos. El estudio descubrió que los que bebían dos tazas al día tenían entre un 16 y 21% menos de probabilidades de morir que las personas que evitaban el café.
Café: ¿más o menos dulce?
Un equipo de la Universidad Médica del Sur de Guangzhou (China), examinó los datos de UK Biobank durante siete años. Los investigadores analizaron a participantes que no padecían cáncer ni enfermedades cardíacas. El estudio descubrió que los que tenían un hábito de beber café “moderado” –considerado como entre una taza y media y tres tazas y media al día– tenían menos riesgo de sufrir una muerte prematura, muerte por cáncer o una enfermedad cardíaca.
Por otro lado, los que bebían café sin edulcorante tenían hasta un 29% menos de probabilidades de morir que los que no bebían café. Esta cifra aumentaba ligeramente hasta el 31% para los que añadían una cucharada de azúcar.
Los resultados de este estudio, recogidos por Evening Standard, se publicaron el lunes en la revista médica Annals of Internal Medicine. Por su parte, la subdirectora de la revista, Christina Wee, advirtió que estos resultados no prueban “definitivamente” que beber café reduzca el riesgo de morir.
Otros estudios realizados
Los resultados coinciden con un estudio publicado en marzo por el Hospital and Baker Heart Institute de Melbourne (Australia). Este último afirmaba que beber dos o tres tazas de café al día puede estar relacionado con un menor riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Los investigadores de este estudio analizaron los datos de 382.535 personas sin enfermedades cardíacas. Comprobaron si el consumo de café influía en el desarrollo de enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares durante los 10 años de seguimiento.
La conclusión a la que llegaron fue que, en general, tomar de dos a tres tazas de café al día se asociaba con el «mayor beneficio». El resultado oscilaba entre un 10 y un 15% más bajo para desarrollar una enfermedad coronaria, una insuficiencia cardíaca, un problema de ritmo cardíaco o morir por cualquier otro motivo.