El Ibérico tuvo el orgullo de poder compartir unos momentos con la artista española afincada en Londres, Belén Arjona, instantes antes de subirse al escenario del pub The Troubadour, el pasado 17 de agosto. A Belén, que dejó España hace ya casi tres años para probar fortuna en el país británico, se le dibuja una sonrisa en la cara cuando habla de sus futuros proyectos en Reino Unido: «Es algo muy bonito que en este país, que no es el mío, se me esté empezando a tener en cuenta», y es que tras mucho luchar, está a punto de firmar un contrato con una de las principales empresas de management, dentro del panorama musical británico. «Esta noche vienen a verme con un productor de bastante renombre».
Belén lleva desde principios de año luchando en solitario tras la desaparición de su anterior banda, Bel and The Boy. La madrileña nos cuenta que «se ha empezado a suscitar un interés dentro de la industria discográfica británica». Ella tiene claro el objetivo que no es otro que el de «sacar un nuevo EP para principios del 2014 como Bel Arjona, pero en inglés», aunque ella misma confiesa que tendrá unos toques de español. El disco saldrá en Reino Unido, pero Belén mira más allá y cree que podrá llegar a EEUU y, por supuesto, Latinoamérica.
Este futuro disco sería su segundo en inglés. Aunque después de haber estudiado toda la vida en un colegio bilingüe de Madrid, «el idioma no es ningún problema». «Me resulta más fácil cantar en inglés. Es un idioma mucho más musical». Belén, que escribe muchas de las letras de sus canciones, dice que le cuesta más hacerlo en castellano. En estos meses se encuentra preparando los temas que estarán dentro del disco.
Ya han pasado diez años desde que Belén Arjona publicara su primer álbum titulado O te mueves o caducas, que fue reeditado en 2004 por Warner. Cuando le preguntamos qué ha cambiado en esta década nos dice que «hace 10 años era una cría con muchísima energía y con muchísimas ganas de comerme el mundo, ahora soy una mujer con las cosas más claras». A pesar de lo cual, esta madrileña de 28 años afirma: «sigo teniendo la misma esencia. Soy una persona muy luchadora, lo he sido siempre y es que no puedo dejar de perseguir mi sueño, que es hacer música».
Nominada al Grammy latino
El punto álgido de su carrera profesional es sin duda la nominación a un Grammy Latino (2005) al mejor disco Rock con Infinito, su segundo álbum. Belén aún tiene marcado en la memoria el momento en el que recibió la noticia de su nominación: «Me quedé diciendo ¿¿quéééé?? Fue una experiencia muy bonita. Estuve en Nueva York en la ceremonia, algo que no voy a olvidar nunca». Según ella misma, esa circunstancia supuso un punto de inflexión en su carrera profesional. Esta joven, licenciada en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, ha llegado a compartir escenario con la banda mexicana Maná, con quienes aún mantiene una buena relación, «son muy buenos amigos míos desde que fui su telonera en 2003». Belén sonríe al pensar en la posibilidad de cruzarse con ellos de nuevo en México.
La artista nos habla de su decisión de cambiar España por Reino Unido en 2010: «Salí de España gracias al proyecto con Bel and The Boy», que supuso su cuarto disco, el primero en inglés. La banda estaba formada por la propia Belén y el guitarrista londinense, John Lanigan, quien había colaborado con ella previamente. Belén confiesa que aprendió mucho de esta primera aventura británica. Tanto ella como John se encargaron de financiar el proyecto, y fueron partícipes de todo el proceso. Desde elegir el productor y repertorio, hasta ser los encargados de buscar la gente adecuada para «el arte del disco» como vídeo, fotografía e incluso el diseño. «Fue algo precioso y muy costoso en horas de dedicación, en el que aprendí muchísimo sobre cómo se desarrolla todo el proceso de creación». Ella misma lo reconoce: «Es un disco del que estoy muy orgullosa». La aventura terminó cuando, a finales de 2012, John y Belén decidieron tomar caminos separados.
Según la propia Belén no le está resultando nada fácil triunfar en la capital británica. «La vida en Londres es muy dura. Si en España te tienes que levantar una vez, aquí hay que levantarse 20 en un día». Para Belén no es comparable el esfuerzo del que triunfa en España al de quien triunfa aquí. «En Reino Unido tienes que trabajar mucho para poder vivir de esto. Hay que trabajar tres veces más que en España para que te firmen. No hay tiempo para el respiro ni vida personal». Aunque confiesa que es consciente de que la crisis ha afectado a los artistas españoles, «me da mucha pena que la cosa esté así, antes se podía vivir de la música y ahora es más complicado».
Respecto al público, también encuentra diferencias con el público español: «En Reino Unido es muy variado. Hay gente que viene a escuchar música en directo y respeta, pero también hay otros que no tanto. En España es un público muy agradecido y entregado, pero al mismo tiempo muy hablador y ruidoso que simplemente busca la fiesta en lugar de buscar la calidad». Belén reconoce que en Londres es más fácil encontrar música de calidad en directo, ya que «das una patada y te caes encima de un escenario»; mientras que como ella misma afirma, en Madrid, por ejemplo, «están cerrando las salas más míticas como el Orange Café o la Sala Caracol».
The Troubadour, es uno de los mejores ejemplos de lo que la misma Belén indica en sus declaraciones sobre la cultura musical de Londres. Se trata de una sala de conciertos situada cerca de la estación de Earl’s Court, donde todos los sábados se acercan a tocar artistas independientes. Un lugar acogedor en el que se respira música y donde ella reconoce encontrarse muy cómoda. Con un repertorio en el que mezcló canciones propias con otras de artistas como Bjork y Alanis Morrisette, dos de sus referencias musicales, Belén llenó la sala gracias a su imponente voz. A pesar de sentirse encantada con la variedad de estilos musicales que hay en Londres, ella misma declara: «me he vuelto más española musicalmente, en las letras me acuerdo más de España y alguna vez meto alguna frase en castellano». Aunque echa mucho de menos su país, no se arrepiente de su decisión de emigrar: «fue un cambio muy valiente y doloroso, pero afortunadamente los frutos están empezando a llegar ahora».