Así es como Blanca Soto, la curadora de la muestra Nulla diez sien línea, que se expone en la Crypt Gallery de Londres hasta el 3 de diciembre y que cuenta con las obras de 22 artistas de toda la geografía española, ha querido definir el objetivo de esta recopilación que va desde el más puro arte de lápiz y papel, hasta la aplicación de las tecnologías en el dibujo.
¿Cómo nació esa pasión por el dibujo?
A lo largo de mi carrera como galerista, ante un dibujo me frenaba, me hacía reflexionar más que otras presentaciones artísticas. Siempre he encontrado mucha información en un dibujo, mucha belleza, la hermosura de un trazo realizado con algo tan simple como un lápiz y una hoja convertido en obra de arte.
¿Por qué elegiste ese título para la exposición?
Fue sencillo: hablando con mi marido, filósofo y estudioso de los clásicos, acerca de lo que estaba planeando hacer, comenzó a hablarme de Kandinsky, quien decía que el punto es el comienzo y la línea, el infinito. En un momento de la conversación, surgió Plinio en escena con esta cita, «Nulla dies sine linea» («Ningún día sin una línea»), y tengo que decir que me resolvió el problema, pues ese es el leitmotiv de la muestra.
¿Cómo surgió la idea de poder llevar la exposición a Londres?
La exposición está «de ruta» desde el 2009, dentro del proyecto Nuevas Culturas Urbanas, del Ministerio de Cultura, y ha sido expuesta en Berlín, Corea del Sur, EE.UU, Lisboa, y ahora, Londres.
¿Qué has querido transmitir con la elección de estos dibujos?
He querido hacer un recorrido por el arte contemporáneo actual en nuestro país a través de 23 artistas de toda nuestra geografía, artistas de diferentes trayectorias y con diferentes formas de enfrentarse al dibujo. La exposición recoge desde la técnica más sencilla hasta las nuevas tecnologías. En la exposición se pueden ver obras como el lápiz sobre papel, la impresión digital, la abstracción geométrica, la hibridación dibujo-vídeo, dibujos inmediatos, el cómic, el paisaje, el dibujo geográfico, el dibujo onírico, o el dibujo figurativo.
¿Cómo se hizo esta elección? Porque los artistas son de diferentes ciudades, diferentes técnicas y diferentes edades…
La idea parte del respeto por el dibujo, por la anotación, el boceto. Se trataba de darle la importancia que tiene, ya que en los últimos tiempos ha quedado relegado a otras formas de expresión artística. Se ha convertido casi en un rescate; se trataba de desempolvarlo y de reposicionarlo al lugar que merece; de hacer que siga formando parte de esa familia de disciplinas que se están considerando más serias y prestigiosas, en este amplio universo del arte.
¿Cómo puede la tecnología enfrentarse al dibujo puro de lápiz?
No es que pueda, es que con los medios que se tienen al alcance y con la evolución de la tecnología ha sucedido un proceso lógico y natural, y lo podemos ver en las impresiones digitales, como es el caso de la muestra de Lola Marazuela y Paco Mesa, quienes a partir de de una línea imaginaria, «el paralelo 45.25», convierten la línea que recorre todo el globo terráqueo en una forma de vida a través del arte; a partir del recorrido de ese paralelo, y a través de fotografías, se va dejando constancia del paso del tiempo.
¿Crees que es una técnica que nunca desaparecerá?
Creo firmemente que el dibujo no desaparecerá y, aún más, creo que debido a la situación de crisis internacional en la que nos encontramos, resurgirá con gran fuerza.