La cadena de comida rápida Burger King, ha admitido el pasado jueves que se han encontrado pequeños rastros de ADN de caballo en la carne de sus hamburguesas.
La carne contaminada procedía del proveedor Silvercrest con quien Burger King ha cesado sus relaciones contractuales alegando una violación del contrato por la falta de entrega del 100% de las empanadas de carne británica e irlandesa.
Las pruebas realizadas en los restaurantes de Burger King tuvieron resultado negativo pero cuatro muestras tomadas en la planta de Silvercrest dieron positivo en ADN equino que posiblemente procedía de un proveedor polaco subcontratado.
El Vicepresidente de calidad de Burger King Diego Beamonte, ha pedido disculpas a los clientes por la polémica y ha declarado que «no es un problema de seguridad alimentaria y estamos profundamente preocupados por los resultados de nuestra investigación» comprometiéndose a que «esto no vuelva a suceder».