Desde hace unos años, Londres está siendo testigo de un insólito y peculiar acto social. Se trata del llamado café de la muerte, donde unas 30 personas se reúnen en torno a una mesa de una cafetería cualquiera, en un parque o en una casa particular para discutir sobre asuntos lúgubres.
Todo comenzó en 2011 cuando un grupo de amigos decidieron reunirse en las cafeterías de Londres para hablar del futuro y de la muerte inminente, temas tabú para algunas personas. Jon Underwood fue el que ha impulsado este tipo de reuniones ya que a su parecer la sociedad occidental está bastante alejada de este tema. Su intención fue implantar esta costumbre en los bares y cafeterías de la capital británica, pero el rechazo fue abismal. Por ello últimamente se están reuniendo en casa particulares para entablar allí sus conversaciones.
Los invitados charlan sobre la muerte y el escaso consuelo que aporta vivir para después acabar en el olvido. Podemos extrapolar esta ‘costumbre’ a la época de Dickens u Oscar Wilde ya que, sin duda alguna, vivimos en un mundo bastante preocupado por el presente.