La séptima edición del día mundial del Record Guinness se llevó a cabo ayer en ciudades de todo el mundo.
Según apunta el periódico Metro, la Fairtrade Organisation Pants to Poverty animó a más de 50 personas a acudir a Canary Wharf, al sureste de Londres, a enfundarse en unos calzoncillos muy especiales, de un tamaño gigantesco, con el objetivo de aumentar la conciencia ética de las prácticas laborales.
En Essex, la fiesta del té más grande congregó a 334 invitados, que se unieron al evento y llegaron a comer más de 400 dulces. Jane Malvon, de la English Cream Tea Company afirma: «Me apasiona compartir mi tiempo con gente, la famosa tradición británica del té de por la tarde es mi idea preferida para hacerlo».
Otras ciudades alrededor del mundo, como Dublín, superaron el récord mundial de personas disfrazadas de duendes. En Florida se reconoció a la profesora de yoga más anciana del mundo Bernice Mary Bates, de 91 años y en Daringly, Alemania, un grupo de valientes se atrevieron a intentar batir el récord mundial de distancia recorrida con el cuerpo en llamas.