El primer ministro británico, David Cameron, quiere poner en marcha una medida consistente en la imposición de un precio mínimo de 40 peniques por unidad de alcohol que se venda en Inglaterra y Gales.
De esta manera, los supermercados no podrían realizar «multi ofertas» y descuentos de bebidas alcohólicas, ya que, el precio mínimo que demandan los grupos de médicos, significará que una botella de vino no podría venderse por menos de 3,60 libras, una lata de bebida tendrá que tener un precio mínimo de 80 peniques y una botella de licor rondará las diez u once libras.
Cameron afirma que esta medida no se hará muy popular, pero insiste en que es necesaria para detener el consumo excesivo de alcohol.
Según fuentes gubernamentales, el consumidor moderado de bebidas alcohólicas se gastaría una media anual de entre 21 y 23 libras al año, mientras que, aquellos que se exceden en el consumo de alcohol, podrían llegar a abonar 135 libras.
«Cuando la cerveza es más barata que el agua, es muy fácil para los clientes emborracharse en sus respectivas casas antes que poner un pie en el pub», declaraba Cameron. «Por ello, vamos a introducir un precio por unidad mínimo. Será la primera vez que vender alcohol por menos de este precio por unidad en las tiendas sea ilegal».
Según afirma el diario inglés The Daily Telegraph, la pasada noche, varios ministros estuvieron de acuerdo con grandes supermercados y firmas de bebidas para reducir el contenido de este alcohol en algunas marcas.
Esta propuesta formará parte de la estrategia del Gobierno británico en una campaña contra el abuso de las sustancias alcohólicas y está apoyada por médicos y jefes de policía.
Según las autoridades británicas, el pasado año se produjeron en el Reino Unido un millón de crímenes violentos en los que estuvo involucrado el alcohol.