Cientos de residentes de la comunidad de Real Arsenal en Woolwich han comenzado una campaña para salvar a una ardilla gris que se ha instalado en sus casas. La recogida de firmas comenzó después de que los controladores de plagas fuesen avisados porque había una ardilla que mordisqueaba los frutos secos encima de los escritorios y después los escondía en las macetas de los vecinos. Como protesta para detener el asesinato de la ardilla, 250 personas firmaron a través de Change.org, y ahora son cerca de 500 quienes quieren parar a los controladores de plagas.
Muchos vecinos consideran enemigos y asesinos a aquellos que quieren acabar con la vida de la ardilla, además, opinan que da vida y alegría a la comunidad y, por ello, han decidido ponerle el nombre de Cyril, «parte de la comunidad». La ardilla se ha convertido en las últimas 24 horas en tendencia en las redes sociales y los vecinos consideran una vergüenza dejar que maten al animal. Todas las firmas recogidas se dirigirán hacia la agencia Rendall y Rittner, quienes se ocupan de dirigir la comunidad con el dinero de los residentes.
Las ardillas en Londres
Estos roedores están en todas partes de la capital británica, en los parques, jardines e incluso en áticos, y aunque muchos turistas ven una oportunidad perfecta para darles unos frutos secos y fotografiarse con ellas, no todos los londinenses las aceptan. Las ardillas han tomado como afición masticar los cables eléctricos y, por ello, se han convertido en objetivo principal de los controladores de plagas, quienes son los únicos que tienen permiso para acabar con estos animales.
A las ardillas les encanta los cacahuetes, tostados o no, pero hay que tener especial cuidado con los dientes y uñas. Aunque no suelen ser portadores de la rabia, es mejor protegerse de posibles picaduras y lesiones.