La National Gallery se ha convertido en protagonista de la prensa estos días y no por ser el principal museo de arte de Londres, como suele pasar, sino porque la pinacoteca más importante del Reino Unido iniciará la próxima semana una huelga que tendrá una duración de cinco días. El motivo de ésta es que los trabajadores quieren manifestarse contra la privatización de sus servicios.
La huelga, que durará del 3 al 7 de febrero, contará con la participación de unos 250 empleados. Durante los días de protesta la galería permanecerá abierta suspendiéndose únicamente los actos educativos.
Según afirma el líder sindical de PCS, Mark Serwotka, la National Gallery pretende privatizar a todo el personal del museo, incluyendo a todos aquellos que vigilan las instalaciones y que sirven de guía a todos los usuarios que recorren los pasillos de este emblemático edificio. Además, señala que un plan de privatización para este museo supondría «dañar la reputación mundial de uno de los más grandes activos culturales del Reino Unido».
Por otra parte, los trabajadores también protestan porque nadie les asegura el sueldo mínimo para poder vivir en la capital, que es la ciudad más cara del mundo y en la que se necesita un elevado poder adquisitivo para poder hacer una vida normal.
El director de la National Gallery, Nicholas Penny, sostiene que, «es necesario privatizar algunos servicios porque el recorte de subvenciones públicas les ha afectado notoriamente.»
Por ello, la justificación de esta privatización es que es necesario aumentar los ingresos frente a los elevados costes de mantenimiento y sueldos del personal para poder mantener un equilibrio económico que les permita seguir funcionando como hasta ahora.