Si eres de España, asociarás las Navidades a las doce uvas y los Reyes Magos; si eres de México, a piñatas y ponche de frutas; y si vienes de Colombia o Venezuela, pensarás en “parrandas” con villancicos y esperas a que el niño Jesús traiga los regalos. La mayoría de nosotros aprovechamos estas fechas como un tiempo para pasar con familia y amigos, imprimir un poco de optimismo e ilusión en nuestras vidas y establecerlas como un punto de inflexión hacia nuevos proyectos. Sin duda el mejor sitio donde puedes pasar esta época es en casa, pero si te animas a venir con nosotros hoy desde El Ibérico nos damos una vuelta por el mundo para ver qué costumbres y tradiciones hay en otras naciones:
Australia, un Santa Claus con canguros
Como en todos los países del hemisferio sur, en Australia las Navidades se celebran en verano, lo cual varía el tipo de comida que se consume. Aunque en general se suele representar a Papá Noel siguiendo una iconografía invernal, en los últimos años se ha popularizado una versión propia, con akubra (un sombrero típico del país austral), chanclas y conduciendo un pickup tirado por canguros. Siguiendo la costumbre local, algunas familias celebran dichos festejos con barbacoas de carne y pescado, y hay dos eventos deportivos de peso propios de estas fechas: el Boxing Day Test de Criquet y la Regata que cubre la distancia entre Sídney y Hobart, en la isla de Tasmania.
Italia, con la Befana
Los pasteles y dulces juegan un papel de peso en el país transalpino, y las cenas típicas de marisco suelen ir seguidas de pandoro, panettone o torrone entre otros, confitería que hoy por hoy pueden encontrarse en casi cualquier supermercado. En los últimos años se ha popularizado colgar buitres que simbolizan la limpieza de espíritu, y los regalos a los niños y no tan niños son traídos por Babbo Natale, el Niño Jesús y, a partir del 6 de enero, la Befana, una bruja buena que premia con dulces a los que se han portado bien y castiga con carbón a aquellos que han sido traviesos.
Japón, cenas en Kentucky
La Navidad no es una fiesta oficial en el país nipón, y de hecho se celebra una versión un tanto particular de la misma. Por ejemplo, la Nochebuena es un día que se suele celebrar en pareja, al estilo del “día de los enamorados” donde estos intercambian regalos. Las ciudades y los centros comerciales suelen decorarse con luces y árboles de Navidad, y quizás la costumbre más curiosa es la de comer pollo frito en alguno de los locales de Kentucky Fried Chicken, una costumbre que se popularizó en la década de los 70 a raíz de una exitosa campaña publicitaria.
India, luces entre mangos
La mayoría de los ciudadanos de este país son hindúes, seguidos de una notable minoría de musulmanes, pero eso no evita que los cristianos allí residentes celebren la Navidad. Siguiendo un poco el esquema de la gran festividad india, el Diwali, las casas son decoradas con velas y luces, y la entrada en el año nuevo se recibe usando fuegos artificiales. Vecinos y amigos suelen intercambiar dulces y pasteles y en lugar de abetos se decoran bananos o árboles de mango.
Polonia, un atracón de doce platos
Seguramente para hacer hueco, en Polonia la Nochebuena se celebra con un día de ayuno al que le sigue un banquete por la noche. Antes de dicha cena se esparce heno, como recordatorio de que Jesús nació en un pesebre, y según la familia se sirve o bien doce platos (por los doce apóstoles) o bien un número impar como deseo de buena suerte.
En las comidas típicas de Navidad en Polonia abunda el pescado y los dulces, y dependiendo de la zona los regalos son traídos por Gwiazdor (el “Hombre de las Estrellas”), Anjolek (“Angelito”) o el mismo Dzieciatko (el niño Jesús).
Islandia, bailando con troles
En dicho país se tiene por costumbre decorar la casa con cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. Allí hay que tener cuidado con los Jólasveinar, unos troles que visitan a las familias en dichas fechas que pueden dar portazos o robar comida de las casas y que visten de lana como antiguamente hacían los habitantes de dicho país. Justo antes de Nochebuena, el día 23, se tiene por costumbre comer raya cocida, y tal y como se hace en otras festividades locales con influencias paganas, se baila alrededor de hogueras que se encienden por todo el país para estar en buenos términos con criaturas míticas como elfos que se despedirán hasta el siguiente año.
Canadá, teatro en calle
La Navidad en dicho país se asemeja mucho a la celebrada en Estados Unidos con influencias británicas. Los crackers o petardos navideños son elementos habituales en todas las casas, y en todos los hogares se cuelgan los calcetines a la espera de regalos. En algunas zonas hay grupos de vecinos o amigos que se animan a interpretar obras de teatro en las calles llamadas mummers.
El día de Navidad por la noche el país se paraliza para escuchar el discurso de la Reina Isabel II, oficialmente jefe de Estado de Canadá, y al igual que en el Reino Unido se celebra el Boxing Day, el día en el que oficialmente comienzan las rebajas.
Rusia, baños helados
La figura central de la Navidad en dicho país es Ded Moroz, algo que podría traducirse como “Abuelo Frío”, que acude cargado de regalos desde Siberia en un trineo tirado por tres caballos blancos junto a su nieta Snegurochka (Nieve o nievecita). Las naranjas y mandarinas son el dulce típico, una fruta que antiguamente tenía un carácter muy exótico y que se consumía casi exclusivamente en este período del año. Durante la Navidad se suele patinar en las numerosas pistas habilitadas en todo el país, y las fiestas terminan con una especie de “baño purificador” en aguas heladas con la cual los rusos se limpian de sus excesos.
República Checa, Navidades profetizadoras
Dicho país pasa por ser uno de los menos religiosos del mundo, de modo que la Navidad se vive de un modo un tanto atípico, teniéndola por una fiesta tan vacía de contenido religioso que incluso otros colectivos como los judíos o las pequeñas comunidades de vietnamitas y chinos recientemente llegados al país se suman en su celebración. Antes de las principales comidas los familiares y amigos suelen felicitarse las fiestas compartiendo trozos de galletas Oblátky hechas con miel y nueces.
Una particularidad en dicho país son los rituales para adivinar el futuro. Uno de ellos consiste en cortar una manzana por la mitad: en función de dibujo que allí se encuentra, se puede esperar un año bueno, enturbiado por una enfermedad o, en el peor de los casos, por la muerte. Otra de las tradiciones consiste en verter plomo derretido en un vaso de agua, y entre los miembros de la familia se imaginará un mensaje en función de la forma que adopte el metal.