¿Qué pasa si juntamos a Darkman, el cine impío de la inefable productora Troma y la verborrea indie de Kevin Smith? El resultado es Deadpool, de la todopoderosa Marvel. Por fin una película comercial de superhéroes irreverente, gamberrrísima, deslumbrante y tierna al mismo tiempo. Este héroe no es para todo el mundo, quedan avisados.
Wade Wilson (Ryan Reynolds, que trabajó para la «competecencia» de Marvel, DC Comics, en Linterna Verde, vituperada por crítica y público) es un matón de poca monta, pero un matón noble que lucha por causas justas, como amenazar al repartidor de pizzas que acosa a la jovencita que lo ha contratado. Auténtico príncipe azul del lado oscuro. También tiene su corazoncito romántico, y no tarda mucho en mostrarlo ante la hermosa Vanessa (Morena Baccarin). Cuando a Wilson le detectan un cáncer terminal, acepta la sugerencia de someterse al peligroso tratamiento químico de la organización criminal liderada por Ajax (Ed Skrein) y Angel Dust (Gina Carano).
Lo que Wilson no sabe es que esa intervención no solo erradicará el cáncer, sino que hará que su cuerpo mute en un ser de piel viscosa y purulenta…pero inmortal y con vigorosas habilidades físicas. En principio eso no está mal del todo, ¿verdad? Pues no, aunque el problema son las formas; Ajax no fue muy delicado con Wilson, por eso este último (rebautizado con el nombre de Deadpool) lo buscará para vengarse y, como punto extra, obligarle a recuperar su cara de guapo, que al fin y al cabo es lo que él cree que le importa a Vanessa. Seamos honestos, la trama es débil, si bien no lo es todo lo demás.
Aparte de lograr varios records de taquilla desde que se estrenó en EEUU hace una semana, Deadpool tiene la virtud de saber combinar la parodia y la seriedad, sobrepasando con creces límites que parecían infranqueables en blockbusters de tanto peso. No es la primera vez que Marvel juega con el humor más socarrón en sus productos. Iron Man (2008), Guardianes de la galaxia (2014) y Ant-Man (2015) contaban con protagonistas cachondos que no se tomaban muy en serio su propia leyenda, siendo el contrapunto necesario a la (excesiva) solemnidad de, por ejemplo, el Batman de Christopher Nolan o la saga de X Men iniciada por el realizador Brian Singer.
Deadpool va más allá. Aquí se rompe la cuarta pared, hay sexo, referencias a la cultura pop (incluidos chistes a costa de Hugh Jackman, Sinead O´Connor o David Beckham) y gore. A Wilson le gusta Wham, los unicornios de peluche y pasea con orgullo su pansexualidad. Hay que señalar que lo que ahora es insólito en la pantalla grande ya lo fue en papel hace casi tres décadas. El mercenario y su alter ego heroico llegaron al comic en 1991 como respuesta a Deathstroke, dibujo similar de la factoría DC.
Ryan Reynolds ya interpretó al personaje en la entretenida, aunque intrascendente, X Men Origins: Wolverine (2009). Ahora lo recupera con un look diferente pero con sentido del humor todavía más descocado y metacinematográfico. En una escena, Deadpool comenta que la falta de presupuesto es seguramente la causa de que en la película solo salgan Colossus (voz de Stefan Kapicic) y Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand), únicos X Men que parecen vivir en la mansión-escuela del Profesor Xavier. Un momento impagable, permítanme el apropiado juego de palabras.
En cierta manera, Deadpool es al cine de superhéroes lo que Scream (1995) fue al de terror. Durante los créditos iniciales, la película nos deja claro que vamos a asistir a todos los clichés del género: el amigo gracioso, la chica guapa, el malo británico… La complicidad con el espectador acostumbrado a esos elementos es total, y la simpatía con el film es inevitable tan solo por ser capaz de ofrecernos una narración autoconsciente de sus propias sandeces.
Eso sí, los guionistas Paul Wernick y Rhett Reese guardan desde el principio un importante as en la manga para que Deadpool no sea una simple sucesión de chascarrillos y sketches sin enjundia. La historia de amor entre Wade y Vanessa está bien contada, con estilo, es mágica pero con inflexión realista y, por lo tanto, cercana. Tim Miller, experimentado técnico de efectos visuales, no ha podido estrenarse mejor como director.
Veremos lo que nos deparan las futuras secuelas de esta recién inaugurada franquicia. El riesgo de que el novedoso estilo de Deadpool llegue a ser cansino está ahí, y eso es algo que hasta él mismo nos diría mirando a la cámara mientras hace explotar las cabezas de los villanos.
Holas!
Suelo leer sus notas, aquella de X-Men «Días del Futuro Pasado» fué la forma en que llegué a El Ibérico.
Es increíble como aún hoy se sigue opinando sobre la película de Keanu Reeves «Knock Knock». ^^
Tema Deadpool:
Conozco la existencia del cómic desde mediados de los 90s y nunca me agradó que, para conformarlo, el autor no fué original y plagie (robe) características de héroes Marvel reconocidos a los que sumó una pizca Simpson (muy de moda en aquel tiempo) de las viejas bromas picarescas de Krusty el payaso.
Por otra parte, afirmas que es «El superhéroe que necesitabamos»
bueno, discrepo. En la película, el mismo Deadpool se encarga de aclarar que no es un héroe, y por sus características sexuales mas bien es la comunidad gay quien lo necesita, como promoción de sus ideas y política. Ya mostraron publicidad impresa con doble sentido, figuras de colores pasteles, arco iris y ponys, y al prota siendo sometido «por el día de la mujer», no son bromas casuales o al pasar, esta la intención de dejar un mensaje. Reynolds ya había declarado sus preferencias y hay noticias acerca de la secuela, que quiere incluir un «novio» o sea seguir subiendo la apuesta.
En cuanto a la película en si:
Sabía que el protagonista le habla al espectador, pero nunca leí la definición de «4ta pared» hasta ahora, con la cual muchos se ufanan de saber.
Fuí a verla por la acción, y subtitulada para apreciar mejor las bromas. Es muy entretenida, es cierto que prácticamente no tiene historia, a mi entender el objetivo es presentar a Deadpool, orígenes y personalidad, con el acompañamiento de un breve entorno. Si la secuela prometida introduce a Cable, ya entramos en el rollo viajes del tiempo, la historia debe ser mas sólida.
Puntos flojos:
No voy a mencionar situaciones puntuales para no dar spoilers, el hecho es que me tiene cansado el estudio Fox con ridiculizar a los X-Men. Inventan poderes que además son repetitivos, le cambiaron la personalidad al gigante de acero orgánico haciéndolo lento física y mentalmente. Los villanos reciben tremenda paliza y, aunque sus cuerpos humanos no tienen protección, no tienen un ojo negro ni una costilla fisurada, un fallo enorme.
El punto alto, que nadie menciona: LA MUSICA. Cuando una película de trama simple incluye un par de buenas secuencias de acción y un buen soundtrack, repunta. «Shoop» de Salt n´Pepa y el rap de DMX le caen como anillo al dedo.
Bueno, será hasta la próxima,
C-Ya!