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Crítica de ‘The Other Side of the Door’ (2016): entretenido horror exótico

El prolífico director británico Johannes Roberts (Cambridge, 1976), ávido creador de películas de serie B cercanas a la Z, da el salto al cine de grandes estudios con The Other Side of the Door, cinta de terror lógicamente más cuidada en el apartado técnico que sus anteriores trabajos y que protagoniza la televisiva Sarah Wayne Callies, conocida por las series The Walking Dead y Colony.

Maria (una entregada Sarah Wayne Callies) y su marido Michael (Jeremy Sisto) decidieron hace años cambiar sus vidas y trasladarse a Mumbai. La tragedia los marca en la India cuando uno de sus dos hijos, Oliver (Logan Creran), muere ahogado en un río, dentro del coche donde viajan su hermana, Lucy (Sofia Rosinsky), y la madre de ambos. Maria se siente culpable desde entones. Sólo pudo salvar a uno de los dos y ahora las pesadillas la atormentan.

Pero entonces tenemos a la nanny india, Piki (Suchitra Pillai), para arreglar el asunto. Piki le cuenta a Maria que existe un pequeño templo escondido que tiene el poder de devolverle a su hijo, pero con condiciones y reglas, como los gremlins. Maria deberá encerrarse en el templo y esperar al anochecer. Oliver llamará a la puerta y podrá hablar con él, pero tiene prohibido abrirla para verlo. Si la abre, un peligroso espíritu del averno se presentará en la casa de la familia. ¿Es un spoiler si digo que por supuesto abre la puerta?

The Other Side of the Door recuerda a La serpiente y el arcoíris (Wes Craven, 1988) en algunos momentos, e incluso, salvando las distancias, vemos ciertas referencias a la luz y las sombras del Jacques Tourneur de Yo anduve con un zombie (1943). Dicho todo ello en sentido positivo. Es bueno inspirarse en los grandes, aunque no se pretenda de forma consciente. Según comenta el director, su mayor referencia fue Stephen King y el universo de Cementerio viviente. La versión cinematográfica del libro de King (dirigida por Mary Lambert en 1989) caía en picado en sus últimos 45 minutos; a Roberts, por fortuna, le sale bien la cosa y va sumergiendo al espectador en un suspense in crescendo.

The Other Side of the Door no rompe moldes, no pasará a la historia del terror en pantalla grande, pero sí cuenta con varios ingredientes para que su visionado no sea una pérdida de tiempo. El hecho de que la historia se sitúe en la India aporta una nota de exotismo no muy habitual en el cine moderno. No muy habitual, repito, aunque hace tan solo una semana se estrenara la mediocre The Forest (Jason Zada, 2016), otra de anglosajones en países asiáticos, Japón en esa ocasión.

Escrito por el mismo Roberts y el catalán Ernest Riera, el film dosifica bien los sobresaltos, juega con el público para que se tape los ojos cuando no aparecen golpes de efecto y esté tranquilo justo antes de que aparezcan de verdad, llevándose el susto buscado por los creadores del producto. Hay que tener oficio para conseguir eso, y el director lo tiene. Nueve películas desde 2001 no son poca cosa. The Other Side of the Door posee una buena historia, muy sólida, sugerente y aprueba con notable a la hora de moldear el perfil psicológico de Maria.

Si sigue así, con apoyo económico de Hollywood o incluso sin él, Roberts podría convertirse en un destacable miembro del cine fantástico. Por cierto, Riera no es el único componente español de la película. El siempre solicitado Javier Botet vuelve a poner su larguísima figura para interpretar al monstruo, tal y como hizo en Mama (Andy Muschietti, 2013) o Rec (Jaume Balagueró/Paco Plaza, 2007).

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