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‘Cuando creas algo debes ser perfeccionista, si no ni te molestes en hacerlo’

Jonathan Cenzual, director de cine

Escuchándolo hablar, está claro que Jonathan Cenzual Burley (Salamanca, 1980) no se lo va a poner fácil a cualquier obstáculo que se encuentre en el camino. Su entusiasmo e inquietud por conocer el mundo que le rodea son el material del que están hechos sus sueños. Sueños diurnos que plasma en las historias que desea contar y que acogen con gusto las raíces que le moldearon el carácter y sus propios intereses cinematográficos, tal y como se puede comprobar en su seductora, recomendable, ópera prima.

El alma de las moscasEl director salmantino, Jonathan Cenzual.

se sumerge -con marcada desfachatez ante el ridículo presupuesto- en una road movie castiza en la que dos hermanos que nunca se han visto viajan juntos para el entierro del padre que los dos comparten. Película que se estrena en Inglaterra el 13 de julio (el 18 en el Riverside Studios de Londres y a finales de mes en Filmin) y que, injustamente, no ha sido profeta en España a pesar de haber triunfado en diversos festivales internacionales.

Cenzual Burley concedió a El Ibérico una gratificante charla en la que nos habló de su pasado, su presente y su futuro.

Cuéntame un poco de tu background. ¿Qué te trajo a Inglaterra?

Mi madre es inglesa, así que la influencia familiar fue sin duda relevante para que me viniera, concretamente en el 97. Pero bueno, los vuelos ahora están muy baratos y no estamos lejos de España. Suelo ir a mi tierra muy a menudo. Mi intención era estudiar cine aquí, con la ventaja del idioma y pensando que todo sería más fácil…aunque al final no lo estudié y, lo más gracioso, volví a España para rodar la película. No quiero decir que no me guste Salamanca, muchos directores han salido de allí, como Chema de la Peña o Rodrigo Cortés, pero preferí ver un poco de mundo y tener más amplitud para poder elegir.

¿Qué querían tus padres para ti?

Siempre he tenido la suerte de tener unos padres muy tolerantes con lo que a mí me gustaba. Nunca me dijeron que me metiera a médico, por decirte una profesión. Mi madre, como buena inglesa, es muy «tú haz lo que quieras». Mi padre ha aceptado también cualquiera de mis inquietudes, sobre todo por no pelearse con mi madre (risas).

¿Te ves más español o más inglés?

Nunca he entendido eso de considerarme más de un país o de otro. Lo bonito de ser de dos sitios, o de vivir en varios sitios durante mucho tiempo, es que puedes ver un lugar por las virtudes y los defectos que tiene, sin sentirte una especie de traidor para la patria o algo así. Yo me puedo considerar más como mi padre o como mi madre, pero no más español o inglés; es como te educas, no donde creces. Dicho esto, apoyo a la selección española (risas).

Supongo que echarás de menos España…

¡Sobre todo el bar de pinchos salmantino que está en la calle Iscar Peira! (risas). Salamanca es una ciudad preciosa, y también lo son los pueblos de los alrededores. Para vivir no me iría en esta etapa de mi vida, eso sí. Un lugar al que me encantaría volver es Colombia.

«Puedes dirigir sin presupuesto,
pero no si quieres rodar en interiores, con buena iluminación y con efectos especiales»

¿Por qué Colombia?

He estado dos veces. Tengo que admitir que la primera vez que fui llevaba algún que otro prejuicio encima, sentía un poco de inseguridad. Y me sorprendió, porque la gente es encantadora y muy amable. Me trataron muy bien y el lugar es precioso. Viajé por Bogotá, Cartagena, y muchas otras zonas del país.

¿Te gustaría vivir allí entonces?

Bueno, el tema es que no me importaría irme durante una temporada…pero lo mismo te digo Colombia que un pueblecito de pescadores en Menorca.

Tu película, El alma de las moscas, trata de la llamada ‘España profunda’. ¿Por qué ese contexto para tu ópera prima? Tengo que decirte que a mí no me empezó a gustar el flamenco hasta que vine a Inglaterra.

Cuando vives en España, si te gusta el flamenco te tachan de ‘quinqui’, lo cual es una opinión totalmente errónea… ¡pero muchos de nosotros la teníamos! Ya sabes, cosas como la típica pegatina de Camarón en el coche con su lema ‘Camarón vive’ y todo. Cuando sales de España empiezas a echar de menos las cosas del país donde has crecido, y las comienzas a apreciar. Ahora desde la distancia noto una especie de obsesión en ocultar cómo es España de verdad, ocultar nuestras raíces, cuando en realidad hay que sentirte muy orgulloso de nuestros pueblos españoles.

La historia de El alma de las moscas creo que nace precisamente de eso, de esa morriña que te sale al vivir en el extranjero. Recuerdo mi infancia en el pueblo de mi familia, Miranda del Castañar, en la sierra de Francia; mis padres nos llevaban a mi hermano y a mí en cuanto nos daban las vacaciones del colegio. Esos veranos fueron mágicos. Te haces mayor, y al volver te das cuenta de que es algo que has guardado contigo.

¿Cuándo le diste la forma definitiva al proyecto?

Cuando dejé Colombia ya iba con la intención de rodar una película en España. La historia que pretendía era totalmente diferente, basada en Miranda pero con muchos más personajes, más grande. Lo que pasa es que el proyecto se desinfló por varios motivos: la gente con la que quería contar no estaba disponible y no podía hacer demasiado sin dinero. Puedes dirigir sin presupuesto, pero no si quieres rodar en interiores, con buena iluminación y con efectos especiales. Soy un poco cabezota, así que a pesar de los contratiempos me decidí a hacer una película con los medios que tenía.

En mi casa de La Armuña, sentado en la terraza, viendo el paisaje, me di cuenta de que lo tenía casi todo para hacer algo interesante. Lo que vi me guió hacia la historia, aunque suene así un poco cliché. Todos los recursos que tenía fueron moldeando el guión. Al final me centré en hablar de lo rural desde el punto de vista de dos chicos de ciudad, para ellos todo resulta insólito, casi exótico…hasta que llegan a acostumbrarse poco a poco a ese universo como si tal cosa. Es una inyección de España profunda pero a lo bestia.

Aunque no es un actor profesional, tengo que rendirme ante Andrea Calabrese por su enternecedor Nero. ¿Cómo lo conociste?

Andrea es en realidad diseñador gráfico. Lo conocí cuando trabajamos juntos hace cuatro años en una película en Argentina, The Coyote’s Moon. Ya con él en el bolsillo, sabía que no iba a conseguir a otro actor de Italia, así que me vi en la obligación de inventar un hermano español.

¿Qué cámara usaste para la filmación?

Una HV20, como las que te llevas a Disneyland. La compré hace unos 5 años, y era una de las pocas que grababan en HD y a cinta. Lo que pasa es que la gente siempre quiere el último juguete, pero te puedo asegurar que la videocámara que usé me dio lo mejor, ya que no te comprime a una tarjeta de memoria sino que pasa todo lo grabado a la cinta sin perder calidad de imagen. De la misma forma que el campo me dijo qué historia debía contar, la cámara me indicó cómo rodar. No tenía Steadycam o grua, por eso tuve que hacer planos fijos con un trípode.

La escena del sueño con ‘la chica de los girasoles’ me parece brillante. Es increíble el efecto que le da un simple truco como es la marcha atrás de la imagen.

Mucha gente me pregunta cómo la hice, ¡que si teníamos una máquina para hacer la lluvia de papelitos cayendo sobre la chica! Fue mucho más fácil. Javi, el actor que hace de Miguel, y los otros del equipo estaban allí escondidos, tirando los papeles.

La película está llena de mensajes, prácticamente cada diálogo está cargado de moraleja.

Sí, pero nunca quise darle la razón a ninguno de los dos hermanos, en plan esto es así o no. Mi intención era simplemente poner ahí a dos personajes, y después cada espectador puede tomar el lado que quiera.

¿Cómo fue el proceso de dar a conocer El alma de las moscas? La presentaste hace por primera vez hace un par de años en Madrid ¿no?

Más o menos, aún no estaba terminada. Cuando la presenté lo hice sobre todo para saber la respuesta del público, qué iba a funcionar y qué no. Yo ya sabía lo que quería quitar, pero tampoco estaba 100% seguro. La versión que puse allí era de unos 95 minutos, algo más larga que la actual.

El estreno oficial fue en el festival de cine Karlovy Vary, el año pasado. Me quedé alucinado cuando lo seleccionaron, porque es uno de los más importantes del mundo. También ha estado en Polonia, Sao Paulo, Estados Unidos y ahora en Londres, que se estrenará el 13 de julio en cines aunque ya participó en el festival del pasado octubre.

¿Y qué pasa con España?

Pues la verdad es que no lo sé (risas). Es curioso, cuando la película tuvo una mención especial en Varsovia, se llegó a hacer una referencia en el Hollywood Reporter…pero en España no se hicieron eco. Ya sabes lo que dicen, nadie es profeta en su tierra.

¿Cómo te ha pillado todo ese éxito internacional?

Pues estoy feliz, como loco. Esta película era mi carta de presentación, para enseñar un poco lo que podía hacer con nada de presupuesto. Y eso es algo que me tengo que recordar a mí mismo cuando las cosas no funcionan. El alma de las moscas ha dado la vuelta al mundo sin dinero. Pienso que cuando creas algo debes ser perfeccionista, si no ni te molestes en hacerlo, por eso quise moverme mucho y ahora estrenarla en Inglaterra.

¿Cuáles fueron tus influencias? Tanto consciente como inconscientemente (visto ahora desde la distancia).

Amanece que no es poco, por ejemplo. ¡Una obra de arte! Junto con el realismo mágico de Gabriel García Márquez, me influyó conscientemente a la hora de escribir el guión. La vi hace años y me quedé impresionado. Sirvió además para darme cuenta de que las historias que yo quería contar no eran tan raras, que ya había estupendos referentes. Me dio bastante seguridad a la hora de contar el mundo desde mi punto de vista, y cuando digo el mundo me refiero sobre todo al folclore español, a esas historias que nos contaban de pequeños y que forman parte de nuestra cultura. Quería contar algo con unos parámetros específicos, donde las situaciones presentadas tuvieran su sentido en ese universo…aunque algunos puedan verlas como cosas absurdas.

También me gusta mucho Kusturica, con su idea tan carnavalesca del cine; los diálogos de Tarantino y los Cohen, Fellini, la pintura y la fotografía…siempre intento que los planos funcionen como una foto.

Aparte de Amanece que no es poco, ¿qué cine español te ha gustado?

Pues el cine de los años noventa me parece maravilloso. Películas como Tierra, de Julio Medem, Tesis, El milagro de P Tinto. Incluso el realismo social de aquella época era muy bueno, como El Bola o Barrio. Ahora lo veo un poco estancado, especies de Al salir de clase pero de hora y media, o las típicas películas de la Guerra Civil que no ofrecen una visión fresca y que están basadas en estereotipos. Me gusta Almodovar, Celda 21 y, en general, cuando el cine español se arriesga…aunque las distribuidoras no lo hagan.

¿Qué ideas tienes en mente?

Con respecto a cine, tengo como cuatro historias en la cabeza. Una de ellas, que es la película que iba a dirigir en principio, es un poco complicada de hacer en estos momentos, ya que haría falta contar con medios decentes.

Ahora mismo estoy más concentrado en algo que estaría basado en hechos reales, que ocurrieron precisamente en Miranda. Fue muy curioso, hace unos 14 se suponía que iban a poner un instituto allí, lo cual le habría dado mucha vida y cultura, pero el ministerio decidió no concedérselo al final sin dar explicaciones. Cuando el delegado de educación llegó a Miranda, los habitantes lo mantuvieron retenido durante un día. En realidad no le hicieron nada, le dieron de comer, vino, e hicieron que su «estancia» fuera cómoda. Resulta hasta cómico en principio. El problema fue cuando desde Salamanca enviaron a las fuerzas especiales para liberar al pobre hombre, algo que hicieron de una forma desproporcionada y violenta. En fin, hay una versión oficial y otra no oficial de lo que pasó, y me gustaría investigar más sobre el tema para ponerlo en una historia.

En los próximos días voy a empezar también con una serie de videos musicales para la banda 900 Spaces, con los cuales ya he colaborado antes.

Más información:
16th July 18:30 Duke of York’s Brighton
18th July 20:30 Riverside Studios, Hammersmith, London
01 August 20:00 The Barn Cinema, Dartington, Devon.
17TH – 22TH August Watermans Cinema, Brentford, Greater London
20TH – 21TH August Gloucester Guildhall, Gloucester

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