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9 curiosidades que desconocías sobre el Palacio de Westminster

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El sistema político británico es complejo./ 12019. / Pixabay.

Patrimonio histórico de la humanidad y antigua residencia real, el Palacio de Westminster, conocido por todos como The Parliament o el Parlamento británicoes el edificio donde se ubican los dos cuerpos legislativos más importantes del Reino Unido, la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. También es la base del sistema político británico. Convertido también en una atracción turística, hoy desde EL IBÉRICO os traemos una lista de curiosidades sobre el mismo: 

 1. Varias incidencias en el Palacio de Westminster

Pese a que el complejo dispone de algún espacio como el Gran Salón, que se ha mantenido en uso desde hace 900 años, durante su existencia ha habido varios incidentes que han obligado a reconstruir el mismo casi desde sus cimientos. El precedente del actual, el Palacio de Westminster, sufrió un grave incendio en 1529 que destruyó gran parte de su estructura. En 1834, de nuevo otro incendio arrasó la casi totalidad del mismo, y no fue hasta su 1865 cuando se terminó de reconstruir, siguiendo el plan del arquitecto Charles Barry. El último incidente de gravedad fue en 1941, cuando la Cámara de los Comunes se vio severamente dañada por un bombardeo alemán. 

 2. Los diputados tienen un sitio reservado en Palacio de Westminster 

Pese a que en la actualidad hay 650 diputados, la cámara cuenta con sólo 427 asientos, de modo que, en algunas sesiones importantes, como la de la aprobación de los Presupuestos, una gran parte de sus señorías deben mantenerse en pie. 

No obstante, existe un método un tanto peculiar para asegurarse un sitio. Los MPs deben presentarse a las 8.00 horas de la de mañana cuando dicha cámara se abre, y colocar una «carta de oraciones» en el lugar donde les gustaría sentarse. Y podrán posteriormente tomar dicho asiento si acuden al período de oraciones que se celebra antes de cada sesión. 

 No está claro cómo surgió este método, pero se ha estado haciendo uso del mismo por cuatro siglos. 

 3. Sin aplausos ni insultos 

Sobriedad sería una buena palabra con la que definir cómo es el ambiente en el Palacio de Westminster. Se obliga a sus señorías a ser muy comedidos en la forma en que se expresan, de modo que, por ejemplo, los aplausos son algo que se da de forma aislada y en ocasiones especiales. Uno de los más notables fue el recibido por el ex primer ministro Tony Blair en su último día en la institución, así como el recibido por uno de los empleados el día en que se retiró. 

Y mucho menos frecuentes que los aplausos son los insultos, los cuales están absolutamente vetados. Los MPs deben dirigirse entre ellos con términos como «su honorable señoría», e incluso acusarse de mentir puede suponer su expulsión, de modo que se ha popularizado la expresión «being economical with the truth« para dar a entender que alguien está siendo deshonesto con la verdad. 

 4. Está prohibido fumar en el Palacio de Westminster 

Desde hace años está prohibido fumar en espacio públicos como restaurantes u hospitales. Una norma que de hecho se impuso en el Palacio de Westminster mucho antes en el tiempo, en algún momento en el siglo XVII como medida para evitar incendios en el lugar. A pesar de la prohibición, sus señorías disponen a la entrada de una tabaquera que ha estado allí por décadas de la cual son libres de coger aquello que quieran, desde cigarrillos a papel de liar pasando por mecheros en concepto de «beneficio parlamentario». 

 5. Menos reuniones, pero más legislación 

Desde 1944 hasta 1998 se ha ido reduciendo progresivamente el número de reuniones del Parlamento británico, celebrándose en dicho período una media de 209 sesiones anuales. Desde principios de siglo el total es inferior, no llegando a los dos centenares, pero esto no ha impedido que los diputados hagan leyes cada vez más largas y complejas. Si el número de normas aprobadas anualmente en el período de posguerra era de unas 90 anuales, en la actualidad raramente se exceden las 40 al año si bien estas suelen triplicar en extensión a las precedentes. 

 6. Rechazo real 

En el país, para que un acta se convierta en ley, el monarca que reine debe dar el «consentimiento real», algo que queda simbolizado con la firma del documento. No obstante, cabe la posibilidad de que el monarca refute la firma de la misma para que un acta no se transforme en ley, ya sea rechazándola expresamente, ya sea posponiéndola. 

Pese a poseer dicha prerrogativa, es realmente inusual que se haga uso de la misma. La última ocasión fue hace más de tres siglos, cuando en 1708 la Reina Ana rechazó la llamada «Scottish MilitiaBill». En ella se planteaba devolver las armas a la milicia escocesa, pero se extendió el rumor de que una flota francesa navegaba a dicha región, de modo que la monarca la rechazó pese a la aprobación del Parlamento, dado que fuentes propias le informaron de un complot para ejecutar un alzamiento. 

 7. Mi estatua de la suerte 

En el exterior del lobby de la Cámara de los Comunes hay cuatro estatuas de bronce con algunos de los políticos más populares que ha habido en la historia del Reino Unido: Winston Churchill, Clement Atlee, Margaret Thatcher y David Lloyd George. También hay tres estatuas de piedra reproduciendo a Benjamin Disraeli, Arthur Balfour y Herbert Asquith, además de los bustos del resto de Primeros Ministros. Hasta 2002, la condición para tener una estatua era haber muerto (al margen, obviamente, de ser considerado un político de relevancia), pero la norma dejó de tener efecto con la «dama de hierro», cuya estatua fue encargada en 2003 y expuesta finalmente en 2007. Hoy en día se sigue la tradición por parte de cada MP de tocar la estatua de su líder favorito antes de dar un discurso al objeto de tener buena suerte. 

 8. Hacia la otra cámara… 

Cuando sólo tienen la consideración de «bill«, antes de que sean formalmente aprobadas como ley, las normas son enviadas desde la Cámara de los Comunes hacia la Cámara de los Lores con la inscripción «Soit bail as Seigneurs«,un mensaje escrito en francés normando y que viene a significar «que sea enviado a la Cámara de los Lores». 

 9… con el lazo verde 

También se sigue un determinado protocolo para el envío de la proposición de ley, ya que esta debe ser atada en una cinta verde del mismo color que los bancos de la Cámara de los Comunes, y debe ser llevada en mano por un empleado designado a través del pasillo central. 

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