El Primer Ministro británico ha despejado esta mañana todas las dudas que se cernían sobre el futuro de la UE. Si los conservadores ganan las elecciones de 2015, Cameron convocará un referéndum a mitad de la legislatura (estaría en el poder hasta 2020) donde los británicos podrán elegir si quieren seguir formando parte de la Unión.
El líder de los conservadores lleva días negando que su propuesta sea una amenaza para intentar cambiar las reglas que rigen Europa sin embargo, así lo veían los demás países europeos y su discurso no ha hecho más que reafirmar las sospechas de los socios. Su afán por conseguir «una situación en la que Gran Bretaña esté cómoda y todos nuestros países puedan prosperar» adquiere un tono desafiante cuando añade que si es así «hará campaña con todo su corazón» para seguir permaneciendo en Europa.
Alemania es el principal adversario en el pulso de Camerón contra la Unión, si el país germano no cree en la reforma de los tratados para ajustarse a la Nueva Europa «Gran Bretaña debe estar preparada para afrontar los cambios que necesitamos en una negociación con nuestros socios europeos» según las palabras del Primer Ministro.
David Cameron ha intentado teñir su discurso con palabras conciliadoras hacia la importancia de Europa en la estabilización del continente tras dos guerras mundiales pero hoy por hoy, lo que interesa es la prosperidad y para ello se necesitan cambios, afirmó.
El discurso ha superado los límites que se esperaban y las cartas están sobre la mesa. Sólo falta esperar si los socios europeos entran en el juego o serán los británicos los que tengan que mover ficha primero si «las propuestas» de David Cameron no son estudiadas por los países miembros.