Las caras en el metro o el autobús cada mañana son largas. Bostezos, cabezadas, legañas y empujones son el día a día de los usuarios del transporte público en Londres. Pero quizá el próximo 26 de marzo, si pasa por la estación de Bethnal Green, vea algunas sonrisas y atuendos poco apropiados para el siempre imprevisible tiempo de la capital británica. Si avista alguno de estos personajes, seguramente vayan o vuelvan de Morning Glory, lo penúltimo en fiestas.
La idea es simple: madrugar para desfasar antes de ir al trabajo. Bailoteo desenfrenado de la mano de DJ´s que se pueden encontrar en alguno de los locales de moda de la ciudad y ‘dress code’ a gusto del consumidor. Todo regado con zumos y cafés. Solamente. Contra todo pronóstico dada la hora y vistas las energías del personal, es una fiesta light. Sin alcohol ni otras sustancias.
«No hace ninguna falta», asegura Sarah «sales con el triple de energía de la que entras y de mucho mejor humor». Es la segunda vez de esta vecina del barrio y no descarta repetir en la próxima cita. La última edición se ha celebrado este miércoles en el espacio multiusos The Oval, a cinco minutos a pie desde el metro de Bethnal Green.
Esta ‘rave’ a la que se puede ir en pijama se está haciendo cada vez más popular y es recomendable reservar la entrada con antelación, podrán ahorrar hasta cinco libras y se asegura el acceso en cualquier momento. El primer hit empieza a sonar a las 6.30 de la mañana y los últimos acordes suenan sobre las 10.
Los organizadores de esta discoteca matutina aseguran que reciben felicitaciones y agradecimientos de todo tipo tras cada sesión. Sólo había que observar las buenas vibraciones en la pista de baile y las caras de felicidad (y cansancio) de la variada fauna que salía pronto del evento para reemprender el camino al trabajo. Sin duda, la mejor manera de sobrellevar la ajetreada hora punta.