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De vuelta a los 80

Alberto Ruiz-Gallardón, en una imagen de archivo./ Partido Popular.El recién estrenado ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha comenzado las reformas dentro de su cartera. Bodas y divorcios ante notario en vez de ante el juez, condena a cadena perpetua para determinados delitos y la vuelta de una ley de interrupción del embarazo basada en supuestos y no en plazos, son algunas de los cambios que el ex alcalde madrileño quiere introducir en la justicia española. Sin duda, la reforma de la ley del aborto ha sido la propuesta más discutida por distintos sectores de la sociedad, por su carácter retrógrado, según algunos, y por estar fuera del programa del Partido Popular. 

El titular de Justicia propone una vuelta a la ley del aborto de 1985 que establece determinadas circunstancias bajo las cuales, la interrupción del embarazo podría producirse.

La iniciativa de Gallardón acaba de esta forma con la ley de plazos socialista aprobada con Bibiana Aído, como ministra de Igualdad, que permitía interrumpir el embarazo libremente, sin dar explicaciones ni acogerse a ninguna circunstancia concreta, en las primeras 14 semanas de gestación.

Sin embargo, Gallardón apuntaba que quiere llegar más allá y modificar el artículo 1 de la ley del 85 ya que, según él, el no nacido queda desprotegido. Añadía también que la última ley del aborto es inconsistente con el Tribunal Constitucional puesto que establece un criterio estrictamente temporal, de modo que por debajo de determinados días o semanas de concepción no existía ninguna posibilidad de protección al concebido.

El titular de Justicia pretende encontrar una redacción de la ley del aborto que defienda al feto acorde con lo que dijo el Tribunal Constitucional en el año 1985, de forma que se conjugue la protección del no nacido con unos supuestos que, dice, «el legislador tendrá que precisar, donde la interrupción del embarazo no sea en modo alguno calificada como un delito, no sea objeto de reproche penal».

«Una ley estricta de plazos que diga que durante determinadas semanas el concebido carece completamente de cualquier protección es contraria a lo que se ha manifestado desde el Tribunal Constitucional», explicaba el ministro.

Gallardón ha sido criticado
por acercarse de forma descarada a los sectores más ultraconservadores del partido,
algo incomprensible para un político con fama liberal

Gallardón ha sido criticado por acercarse de forma descarada a los sectores más ultraconservadores del partido, algo incomprensible para un político con el sambenito de liberal dentro del PP. Mientras, Esperanza Aguirre calificaba la medida de «admirable» y diferentes medios de comunicación apuntaban a un retroceso social. El Periódico de Cataluña titulaba la noticia como «La regresión social» y el PSOE, como partido en la oposición, se echaba las manos a la cabeza.

El ya Secretario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguraba en su cuenta de Twitter que «la reforma del aborto es un retroceso inaceptable para las mujeres» mientras que Leire Pajín, ex ministra de Sanidad, usaba por primera vez esta misma red social tuiteando lo siguiente: «Oigo a Gallardón y es como meterse en la máquina del tiempo».

Por su parte, Lucía Mazarrasa, experta de la Escuela Nacional de Sanidad y miembro del Fórum de Política Feminista, expresaba su preocupación así: «Que la primera medida en relación a la salud sexual y reproductiva sea esta y no la prevención o el fomento de la educación sexual muestra que se hace por razones ideológicas. Y eso es muy preocupante».

Sin embargo, el nuevo ministro se defendía asegurando que la reforma que plantea el Gobierno «no sólo no es un retroceso, sino un avance muy positivo, que no va a restringir los derechos de la mujer, sino ampliar la protección del concebido» y apuntaba: «Es lo más progresista que he hecho en mi vida».

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