El movimiento «Democracia Real Ya» ha irrumpido con fuerza en la campaña electoral. Los jóvenes están más que hartos que nunca con la política actual y miran con desencanto hacia un futuro que no vislumbra ninguna oportunidad. Miles de abogados, ingenieros, electricistas, albañiles, enfermeros… todos se han plantado y han dicho basta. Nadie quiere el bipartidismo impuesto por populares y socialistas.
Y fuera de España, miran con asombro a Europa y ven países como Italia, por poner sólo un ejemplo, gobernados por un dictador, un hombre envuelto en una locura personal que maneja la opinión pública a su antojo, entre otras cosas, porque maneja los medios de comunicación a su libre albedrío. Como ha dicho recientemente una de las personas más sensatas de la sociedad española, José Luís Sampedro, «no existe democracia en España porque no estamos educados para pensar, la opinión pública está manipulada». Los jóvenes tienen tiempo (mientras esperan desesperadamente una llamada que les ofrezca un trabajo) y ganas para protestar y reclamar. Son parados, universitarios, estudiantes y mileuristas (si es que les llegan a pagar esa cantidad). Desde la distancia, me parecía muy raro observar como la generación de españoles mejor preparada y formada de nuestra historia seguía impasible ante la incompetencia del Gobierno. Sabía que era cuestión de tiempo. El momento ha llegado. No se puede aguantar tanta incompetencia. Cada día llegan a Londres y a otras ciudades británicas decenas de españoles en búsqueda de un trabajo. Jóvenes con carrera, dispuestos a aceptar cualquier trabajo y cualquier salario pues en España ni se genera empleo, ni se crean empresas, ni nada de nada. Que no nos sigan engañando.
Y fuera de España, miran con asombro a Europa y ven países como Italia, por poner sólo un ejemplo, gobernados por un dictador, un hombre envuelto en una locura personal que maneja la opinión pública a su antojo, entre otras cosas, porque maneja los medios de comunicación a su libre albedrío. Como ha dicho recientemente una de las personas más sensatas de la sociedad española, José Luís Sampedro, «no existe democracia en España porque no estamos educados para pensar, la opinión pública está manipulada». Los jóvenes tienen tiempo (mientras esperan desesperadamente una llamada que les ofrezca un trabajo) y ganas para protestar y reclamar. Son parados, universitarios, estudiantes y mileuristas (si es que les llegan a pagar esa cantidad). Desde la distancia, me parecía muy raro observar como la generación de españoles mejor preparada y formada de nuestra historia seguía impasible ante la incompetencia del Gobierno. Sabía que era cuestión de tiempo. El momento ha llegado. No se puede aguantar tanta incompetencia. Cada día llegan a Londres y a otras ciudades británicas decenas de españoles en búsqueda de un trabajo. Jóvenes con carrera, dispuestos a aceptar cualquier trabajo y cualquier salario pues en España ni se genera empleo, ni se crean empresas, ni nada de nada. Que no nos sigan engañando.