Hay días que nos sentimos pletóricos porque hemos tenido una iluminación divina. La idea de nuestra vida; por fin nos hemos topado con el sendero y sabemos perfectamente hacia donde nos dirigimos. Nos volvemos locos buscando los pasos a seguir, nos formamos en lo que creemos importante y, súbitamente, en un momento, todo se trunca.
No hace mucho, un amigo mío que es un lumbreras, tuvo una idea de negocio genial. Se puso a estudiar sobre las distintas áreas que lo componían, todo iba muy, pero que muy bien, y ya se estaba viendo como el nuevo gurú en ese campo. Hasta que un día una charla con su madre le puso los ases sobre la mesa. Le faltaba el “human touch” para poder alcanzar sus potenciales clientes, atenderlos amablemente y fidelizarlos. Y ese era el pilar base de su negocio.
El castillo de naipes se derrumba
A quien no le haya pasado esto alguna vez que tire la primera piedra – y que apunte bien ¡eh!- Sobre todo si somos de montarnos cuentos de la lechera a diestro y siniestro. Soy una masterchef en esto de ilusionarme a lo bestia y luego pegarme un buen batacazo, así que he desarrollado ciertos mecanismos que hacen que el choque contra el fondo del pozo no sea mortal.
Receta
–Lleva dos proyectos a la vez. Uno en el que focalices toda tu atención y otro en la retaguardia que también te haga ilusión. Cómo bien decía mi abuela :
“Para vivir la vida alegremente hay que tener un novio formal y a la vista un pretendiente”
Y es que era más lista la mujer…En el trabajo como en el amor, siempre hay que tener un plan B.
–Asume que en la vida a veces se gana y a veces se pierde. Levántate, sacúdete el polvo e inténtalo de nuevo. No te dejes vencer por la desidia, busca algo positivo en el “error” y date por satisfecho al haber aprendido una lección. Nunca el tiempo es perdido…
–Permítete un tiempo de duelo, pero no lo alargues más de lo debido. Normalmente me permito dos días de regodeo. Lloro, blasfemo, echo espuma por la boca y al tercer día llamo al exorcista… es broma. Es tiempo de pasar del plan B al A y buscarte un nuevo plan B. Eso te mantendrá entretenido.
Pero, lo más importante, no te culpes por el fracaso. Hay circunstancias que se nos escapan, somos humanos…Canon, take it easy!
Y tú, ¿eres muy de construir castillos de naipes? ¿Haces malabares con los proyectos o lo das todo con uno solo? ¿Cómo gestionas que no salgan las cosas como esperas? Mira que ando curiosa hoy…