No ha tardado mucho. Tras la espantada de Boris Johnson, el aún más vehemente Nigel Farage ha decidido que su momento liderando al UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido) ha llegado a su fin.
Nigel Farage, un «político» que aprovechó su momento
Farage se vio aupado a primera línea por la tendencia rupturista que en el momento recorría Gran Bretaña, haciéndose con su particular estilo populista y políticamente incorrecto con el favor de gran parte del electorado que apoyaba la secesión.
Su última salida de tono la atestiguamos en la discusión que protagonizó con Junker, donde haciendo gala de su habitual impertinencia y mal comportamiento (lo polite en su caso lo deja siempre en casa), tras un aplauso totalmente improcedente al discurso que en ese momento estaba haciendo el Presidente de la Comisión Europea, vio cómo este de un modo bastante correcto -todo hay que decirlo- procedía a cerrarle el pico.
El Brexit se queda sin sus promotores
Pese a que haya «argumentado» en su despedida que se va porque <<el objetivo ya está cumplido>>, esto suena más a un salir por piernas al ver lo que se avecina.
Ninguno de los principales promotores, o a priori beneficiados de la salida británica de Europa, o sea, las personas sobre las que caía la responsabilidad de guiar al país en su nueva -y democráticamente elegida- deriva, ha durado más de 15 días en el cargo. Responsabilidad política se llama eso.