Los soldados británicos Shaun Pinner y Aiden Aslin han sido condenados a muerte por el Gobierno ruso. El primer ministro británico, Boris Johnson, ha ordenado a sus ministros que hagan «todo lo que esté en su mano» para conseguir la liberación de ambos en lo que el Gobierno del Reino Unido ha descrito como una sentencia «falsa».
La ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, habló ayer con su homólogo ucraniano sobre los esfuerzos realizados para conseguir la liberación de ambos nacionales británicos. Truss dijo que había hablado con Dmytro Kuleba, para «discutir los esfuerzos que aseguren la liberación de los prisioneros de guerra retenidos por los rusos».
Por su parte, el embajador de Ucrania en el Reino Unido, Vadym Prystaiko, sugirió ayer que las negociaciones para un posible intercambio de prisioneros con Moscú estaban en marcha. También se supo que el secretario de Defensa, Ben Wallace, había realizado una visita sorpresa a Kiev para mantener conversaciones con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
«La sentencia contra ellos es una violación atroz de la Convención de Ginebra. El Reino Unido sigue apoyando a Ucrania contra la invasión bárbara de Putin», twitteó Truss.
Spoke with Ukrainian FM @DmytroKuleba to discuss efforts to secure the release of prisoners of war held by Russian proxies. The judgement against them is an egregious breach of the Geneva convention.
The UK continues to back Ukraine against Putin’s barbaric invasion. pic.twitter.com/DyKZAP4HA6
— Liz Truss (@trussliz) June 10, 2022
Los soldados británicos eran miembros del ejército ucraniano en Mariupol
Según un familiar de los soldados británicos y en declaraciones al Newark Advertiser, tanto Aslin, como Pinner «no son, ni nunca fueron, mercenarios». Y deben ser tratados como prisioneros de guerra, ya que luchaban como parte del ejército ucraniano. Este mismo argumento lo sostiene el Gobierno británico.
Los hombres fueron declarados culpables de llevar a cabo acciones violentas en un tribunal de la autoproclamada República Popular de Donetsk. Un tercer hombre, el marroquí Saaudun Brahim, fue condenado junto con los soldados británicos.
Aslin y Pinner eran miembros de unidades militares ucranianas regulares que luchaban en Mariupol, la ciudad portuaria del sur que fue escenario de algunos de los combates más intensos desde que Putin inició la guerra en Ucrania.