Si te preguntas qué tiene esta ciudad de los Emiratos Árabes Unidos para que todos hablen de ella, si has oído rumores o has visto algún documental en televisión, sigue leyendo y encontrarás todas las respuestas. Dubái tiene, entre muchas otras cosas, uno de los pocos hoteles de siete estrellas del planeta, Burj Al Arab; un archipiélago en construcción llamado The World, que recreará a escala los cinco continentes y cuyos terrenos ya están siendo adquiridos por celebridades y millonarios y, desde el 4 de enero de 2010, la torre más alta del mundo, Burj Khalifa.
Dubai es la mezcla del mundo del Islam, ultra modernidad y opulencia; es como si fuese el punto intermedio entre oriente y occidente; no es una ciudad de otro mundo, aunque a veces parece que lo sea. Allí me encontraba yo el 11 de agosto, primer día de Ramadán, y aunque estoy muy familiarizada con el Islam y había estado en Dubai varias veces, nunca había vivido el Ramadán tan de cerca en un país musulmán. Como todos debéis saber, durante el Ramadán, los musulmanes de todo el mundo realizan un ayuno diario desde antes del alba hasta la puesta del sol. El objetivo del ayuno es enseñarle a uno la paciencia y la humildad, así como un recordarnos lo afortunados que somos y hacer hincapié en la ayuda al necesitado y aquellos con menos suerte que nosotros.
Os preguntaréis cómo se vive el Ramadán en Dubái. Bueno, supongo que como en cualquier otro país musulmán. La verdad es que es interesante ver esta ciudad desde el punto de vista religioso, pues es aquí donde se ve la mayor diferencia con los países occidentales. De entrada, las empresas están obligadas por ley a reducir la jornada laboral de 2 horas por día para todos los empleados; es ilegal comer, beber o fumar en público durante las horas del día. Se conocen casos en los que se han puesto multas de hasta 2.500 dírhams o incluso días de prisión en la cárcel hasta finalizar el mes sagrado. Por respeto y cortesía uno debe vestirse de manera más conservadora durante el Ramadán y no se debe jurar en público. La blasfemia está mal vista en el mejor de los casos, pero durante el mes sagrado es particularmente insultante. No se debe tocar música muy alta en ningún momento, ya sea en el coche, en la playa o incluso en casa. Si es audible para otros, puede llegar a ofender. Bajo mi punto de vista, todo lo mencionado es de sentido común, es un mes sagrado y por consiguiente, el silencio, la oración y el respeto son los principales ingredientes. En mi opinión, Dubai, es uno de los lugares más interesantes del mundo, me apasiona esa mezcla occidental y exótica y su evolución es sorprendente. Debemos recordar que Dubai no era más que un pequeño asentamiento humano a orillas del golfo Arábigo, sustentado por la pesca y el comercio de piedras preciosas. Los Emiratos Árabes Unidos en sí existen hace tan sólo tres décadas y hoy es una de las principales potencias económicas del mundo; en poco tiempo pasó de ser de un pequeño reino de nómadas a una potencia petrolera.
Actualmente aspira a convertirse en uno de los centros turísticos y financieros más importantes del globo, y ya tiene una cara que deslumbra al mundo entero. De hecho, se prevén diez millones de turistas de todos los rincones del mundo dentro del 2010 y los españoles forman parte de la lista de visitantes, los cuales quizás desearán quedarse un tiempo, bien para trabajar o estudiar la lengua árabe. El Centro de Negocios de ICEX en Dubái, dependiente de la Oficina Económica y Comercial de España, abrió sus puertas al público en 2009. Aquí se facilita apoyo institucional y asesoramiento comercial para que las empresas españolas desarrollen con éxito sus actividades. Si quieres visitar un lugar donde se junta oriente y occidente, donde la religión y la cultura te enriquecerán enormemente y donde brilla el sol los 365 días del año y donde los sueños se convierten en realidad, ve a Dubai, la perla del Golfo Arábigo, y una de las ciudades más sorprendentes del Medio Oriente.