Los cafeinómanos tendrán una preocupación mayor que la adicción en el año 2080. El café podría extinguirse por esa fecha según los últimos cálculos realizados por el Instituto de Climatología. ¿Por qué? A muchos de ustedes les están temblando las piernas ahora mismo y, no es para menos.
La razón es clara: si la temperatura continúa subiendo y las precipitaciones disminuyendo, la tierra no será apropiada para cultivar los granos de café en la mitad de los territorios del mundo.
Uno de los favoritos de los más amantes del café, el arábico, tiene casi asegurada su desaparición. Además, muchos lugares del mundo ya están notando las consecuencias de este deterioro. En Tanzania, donde gran parte de la población se sustenta gracias al cultivo del café, han disminuido notablemente sus ventas.
El café será más caro
Si ya las grandes compañías del café estaban ocupando gran parte de los terrenos, ahora se suma un problema más que progresivamente se irá notando en los paladares más exquisitos: antes del 2080 el sabor y el aroma del café será diferente.
Además, como consecuencia, pocos serán los territorios que sobrevivan al cambio climático y, los que lo consigan, aumentarán el precio del producto. El café no será un bien de lujo pero sí que afectará notablemente a la cantidad de ingesta de los más adictos que, si no reducen su consumo, notarán en su bolsillo las consecuencias.
El hecho de que el café pueda extinguirse ya ha despertado las protestas de numerosos grupos activistas que luchan a diario para concienciar sobre las terribles consecuencias del cambio climático. Parece que ser que si no se colabora para evitar o al menos postergar esta situación, tendremos que empezar a cambiar los hábitos de consumo y, puede que en lugar de café, comencemos a retomar la costumbre inglesa del té.