Durante los últimos años ha sido bastante usual pararse en cualquier restaurante londinense y observar sin demasiada sorpresa que productos como el vino, el aceite de oliva o el jamón forman ya parte de la carta, con la misma normalidad que los camareros españoles componen la plantilla. Sin embargo, hasta ahora el paladar de los británicos -acostumbrados más bien al picante de la comida asiática- nunca se había sentido demasiado atraído por el sabor del chorizo, uno de los embutidos españoles por excelencia, que hoy por hoy y gracias en parte a una labor promocional mediática, se han convertido en un reclamo importantísimo en la hostelería europea. Tanto es así que solo durante el último año sus ventas han crecido un 29% en el extranjero.
Esto es lo que revelan los últimos datos del ICEX (España Importación e Inversiones), que ponen de manifiesto, que la venta de estos productos cárnicos alcanzaron en el exterior de España, los 314,9 millones de euros en 2012, el 29% más que en 2011. En concreto, las exportaciones a Reino Unido se han incrementado un 17%, llegando a alcanzar las 7.155 toneladas de producto y convirtiendo a este país en el segundo importador después de Francia.
La caída del consumo interior de este producto en España, propiciada por la crisis económica, ha hecho que muchas empresas productoras de nuestro país traten de abrir nuevos mercados para compensar sus pérdidas. En este sentido, el sector cárnico logró durante el pasado año aumentar en un 14% las ventas en el exterior con respecto al año anterior. Por zonas, Europa fue el primer objetivo de las exportaciones: en el viejo continente se vendieron 38.900 de las 40.900 toneladas de chorizo y productos curados. Como primer destino destacó Francia, seguido de cerca por Reino Unido, aunque Alemania y Portugal, en menor medida, son mercados que también han demostrado interés en esta mercancía.
En el caso británico, el hecho de que las cadenas detallistas y de restauración se vean interesadas en este embutido, ha supuesto un añadido extra. La ampliación del rango de este tipo de productos y la inclusión de platos elaborados con chorizo ha sido esencial para el aumento de las importaciones. Un ejemplo puede darlo la cadena de supermercados Waitrose, que, en concreto, ha duplicado las ventas de chorizo en tan solo un año.
Sin embargo, la popularidad de este producto viene, en gran medida, de su presencia mediática. En este sentido, algunos de los cocineros más famosos de Reino Unido, como Jamie Oliver, Nigella Lawson o Hugh Fearnley-Whittingstall han comenzado a usarlo cada vez en un mayor número de platos. El primero de ellos ha llegado a utilizarlo en sus paellas, sin ir más lejos. El segundo lo ha empleado con vieiras y el tercero ha tenido la ocurrencia de acompañarlo con guisantes y carne de cangrejo, tal y como cuenta El Periódico de Catalunya. Ello ha propiciado que, a menudo, puedan encontrarse con total naturalidad, en la carta de restaurantes, platos impensables como risotto con chorizo, o que se haya asumido que este producto es ingrediente indispensable de la paella.
Según James Robinson, jefe del departamento comercial de Brindisa, empresa dedicada a la venta de productos españoles en Reino Unido, «el uso del chorizo es una moda en continuo ascenso y en estos momentos las ventas son muy elevadas, sobre todo las de chorizos para guisar, aunque el curado también está llegando a mercados más amplios». Por otro lado, el chef César García, que trabaja para los restaurantes del grupo Ibérica de Londres, piensa que los cocineros británicos son incluso más creativos que los españoles en este aspecto, o simplemente se atreven a usarlo con determinados platos en los que no los emplearía un español.
Lo cierto es que, desde los mercados callejeros de alimentos hasta los restaurantes londinenses uno puede encontrarse cada vez con más facilidad este preciado embutido, que con tanta alegría disfrutan los nostálgicos de la gastronomía española y que, como hemos visto, puede servir como pieza clave a la hora de fusionar nuestra cocina y la inglesa.