El Gran Incendio de Londres de 1666 calcinó 400 calles, 13.200 viviendas y 89 iglesias
Un pequeño error con grandes consecuencias. Éstas son las palabras utilizadas por muchos de los documentalistas del Gran Incendio de Londres de 1666. Un pequeño descuido que acabó con 15 de los 26 barrios que entonces tenía la ciudad, que calcinó 400 calles, 13.200 viviendas, 89 iglesias, entre ellas la catedral de St. Paul, y numerosas estructuras públicas como bibliotecas, cárceles u hospitales. Las víctimas registradas: seis. El culpable, según fuentes de la época, tradicionales pasteles de azúcar en el horno de un panadero.
¿Y cómo saber más? Desde febrero de 2010 The Museum of London contiene una cuidada exposición que permite explorar la ciudad de antaño y descubrir todo tipo de curiosidades acerca de la construcción del Londres que hoy conocemos. Los visitantes son transportados al septiembre de 1666 a través de pantallas interactivas y una amplia gama de hallazgos arqueológicos del siglo XVII. La exposición muestra, a su vez, mitos y realidades. Casi desde el primer momento en que el la ciudad comenzó a arder, comenzaron a difundirse rumores que señalaban a Francia y Holanda (países con los que recientemente se había enfrentado Inglaterra) o a los católicos, considerados culpables por querer castigar a Londres al tratarse de una ciudad protestante. The Museum of London, sin embargo, baraja la verdadera causa como el pequeño descuido que fue. Un acto no premeditado que transformó la ciudad por completo.
El curso de la historia
Thomas Farrinor, panadero del Rey Carlos II de Inglaterra, se dispuso a apagar el horno la víspera del 2 de septiembre de 1666. Aparentemente, no fue así. Pensando que las brasas estaban totalmente consumidas, se fue a dormir. A la una de la madrugada, tres horas después de que Farrinor se hubiera ido a la cama, su casa de Budín Lane ardía en llamas.
Afortunadamente, Farrinor junto a su mujer, su hija y un sirviente, lograron escapar del fuego a través de la ventana del piso de arriba. Sin embargo, la criada se convirtió en la primera víctima del Gran Incendio.
“The Monument” fue construido en recuerdo al Gran Incendio que arrasó la ciudad.Y el fuego se extendió. El material de las casas, madera y paja, la abrumante cantidad de combustibles que contenían las tabernas adyacentes, tales como petróleo, sebo y alcohol y el fuerte viento que soplaba del este la madrugada del 2 de septiembre, ayudaron a alimentar las llamas.
The Museum of London contiene, a su vez, copias de los diarios de «periodistas» de aquel período, que retratan fielmente cómo se desarrolló el desastre. «Que Dios no me conceda contemplar otra vez lo que hoy he visto», expresa el escritor John Evelyn en su diario, la noche del suceso. «10.000 casas en una misma llama, el ruido, las grietas y el trueno de personas, la caída de torres, casas e iglesias, como si de una horrible tormenta se tratara. Y el aire…tan caliente e inflamado que nadie fue capaz de acercarse, por lo que todos fueron obligados a permanecer quietos y dejar que las llaman consumieran tres kilómetros de longitud y más de uno y medio de amplitud». El fuego perduró hasta el atardecer del martes 5 de septiembre.
Transformación de La city
Durante el invierno de 1666 los campos de Londres se convirtieron en campings donde las personas que quedaron sin hogar montaron sus tiendas. Muchos otros salieron de Londres y jamás volvieron. Mientras tanto, Christopher Wren diseñó un plan de reconstrucción que apuntaba hacia grandes bulevares y edificios. Éste se convirtió en un reputado arquitecto conocido como el creador del nuevo Londres, constructor de 51 iglesias y autor de la nueva catedral de St. Paul’s.
Y en recuerdo al Gran Incendio se erigió, por iniciativa de Carlos II, un monumento de 61 metros de altura conocido, simplemente, como «The Monument». Un lugar histórico que hoy, y para que los londinenses ajetreados no lo olviden, da nombre a una estación de metro.