Donald Trump, precandidato a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos por el Partido Republicano, es nuevamente objeto de la controversia mediática. Las declaraciones de corte racista – ya habituales – que el magnate norteamericano ha vertido ante los medios, esta vez sobre los musulmanes, ha desatado la reacción inmediata y tajante de la clase política y popular de Reino Unido. Por un lado, con la recogida de firmas para vetar su entrada en el país – con una exitosa suma de 370.000 hasta la fecha – y la revocación, por parte de Escocia, de su puesto como embajador global.
Declaraciones de Donald Trump
[pullquote]»Donald Trump está reclamando el cierre total de la entrada de musulmanes a Estados Unidos hasta que los representantes de nuestros países puedan averiguar qué narices está pasando». «No tenemos otra opción», decía.[/pullquote]
Con una discutible visión de los derechos humanos más fundamentales, en el discurso de Trump, sus palabras abogaban de manera explícita por el veto a cualquier persona musulmana en Estados Unidos. En contra de lo esperado, la reacción del público asistente al mitin fue de vítores y apoyo al candidato presidencial, quien no parece estar perdiendo seguidores de sus polémicas propuestas en política de inmigración.
Veto de entrada a Reino Unido
En respuesta a la sugerencia del político republicano, se ha iniciado una petición para prohibir la entrada de Donald Trump en el Reino Unido. Cualquier petición popular que recoja un mínimo de 100.000 firmas ha de ser debatida por ley en el Parlamento y la presente solicitud, abierta desde el martes, suma en estos momentos alrededor de 370.000 firmantes. A pesar de que varios políticos británicos han manifestado su absoluto rechazo ante el discurso racista del empresario, algunos han rehusado tomar parte en la iniciativa. Entre ellos, el canciller George Osborne, quien se sumó a la postura de Boris Johnson, alcalde de Londres, opinando que «las declaraciones del señor Trump le convierten en no apto para ser presidente de Estados Unidos«. «La mejor manera de derrotar sinsentidos como este es emplear un debate democrático sólido y dejar muy claro que sus opiniones no son bienvenidas», añadió.
Cese de Trump como embajador global de Escocia
Nicola Sturgeon, Ministra Principal de Escocia.Donald Trump había sido miembro de GlobalScot, red escocesa de negocios, desde que fue invitado a unirse en 2006. Scottish Enterprise creó la red de líderes de negocios, empresarios y ejecutivos con una conexión a Escocia en 2001.
El Gobierno escocés dijo: «las recientes declaraciones del señor Trump han demostrado que ya no está en condiciones de ser un embajador de negocios para Escocia y la Ministra Principal ha decidido que su adhesión a la respetada red de negocios GlobalScot debe ser retirada con efectividad inmediata.»
Hijo de inmigrante escocesa, quien es propietaria de un campo de golf de lujo en Aberdeenshire y que ha suscitado ciertas disputas por intentar bloquear la construcción de parques eólicos.
Retirada del reconocimiento como Doctor Honoris Causa de la Universidad RGU
La Universidad Robert Gordon, en Aberdeen, también ha decidido tomar cartas en el asunto despojando a Trump del título Doctor Honoris Causa en administración de empresas que le otorgó hace cinco años. Un portavoz de la universidad dijo: «En 2010, la universidad Robert Gordon concedió un DBA al señor Donald Trump en reconocimiento a sus logros como empresario y hombre de negocios. En el curso de la actual campaña electoral en Estados Unidos, el señor Trump ha hecho una serie de declaraciones que son totalmente incompatibles con el espíritu y los valores de la universidad; la universidad ha decidido revocar su concesión del doctorado Honoris Causa».
[pullquote]»El discurso del odio no debe tener un lugar en el mundo académico, en la política o en el escenario mundial» – Suzanne Kelly -[/pullquote]
La petición de revocación del reconocimiento fue llevada a cabo por una periodista de investigación independiente, Suzanne Kelly, recogiendo 70.000 firmas. En ella afirma «sentimos que los ataques no arrepentidos y persistentes referidos a diversos grupos de personas en función de su nacionalidad, religión, raza y capacidad física de Donald Trump son un enorme perjuicio para la RGU».