Si tuviésemos que mencionar a un referente del panorama rock en español, sin duda uno de ellos sería Enrique Villareal, más conocido como El Drogas. Tras más de treinta años de trayectoria al frente de Barricada y Txarrena, el pamplonés, lejos de consumirse, continúa su proceso creativo que le llevará a publicar el próximo año un triple disco. Sabio y curtido en mil batallas, El Drogas sigue conectando con una época que dista bastante de la que le vio nacer musicalmente. Con motivo de su concierto el 22 de junio en el club The Garage, hablamos de su pasado, presente y futuro más inmediato.
Viendo entrevistas tuyas en televisión, la imagen de entrevistado se aleja bastante de la que das sobre el escenario, muy enérgica. ¿Tanto te transforma el escenario?
Eso dicen y así creo que tiene que ser. El directo en una banda de rock tiene mucho que ver con una representación teatral, de hecho, tomas el papel de un personaje.
El pasado año comenzaste la gira Te cantamos las 40 y recientemente has añadido más fechas. ¿Cómo te sientes con esa ampliación del tour? Es muy buena señal…
Para mi ha sido muy importante el poder plantearnos eso, más en los tiempos que corren con la subida del I.V.A. en los actos culturales. Además, me apetecía formar parte de festivales musicales y está siendo toda una gozada. Aunque no haya habido siempre llenos absolutos en las salas, sí puedo decir que la gente ha estado muy entregada y creo que hemos estado a la altura de las circunstancias.
Eres el líder de la veterana banda Barricada y de Txarrena (ambas originarias de Pamplona) pero, ¿desde cuando se puede entender a El Drogas como un proyecto en solitario?
Bajo la denominación de El Drogas entran muchas historias, desde las actuaciones en acústico a la firma de libros. Soy yo sobre todo quien decide qué prisma le da a cada trabajo.
¿Qué nos puedes adelantar de ese libro que tienes previsto para octubre?
Son una serie de escritos que llevaba recopilando desde hace años y que me hubiera gustado publicar hace unos cuatro, al menos el primero, titulado Y si la noche fuese mi cómplice. Éste estará firmado bajo el seudónimo de Eva Zanroi, el cual me ha llevado a explotar mi lado femenino. El segundo libro se llama El rincón oscuro y es más surrealista, con lecturas desde Allan Poe y Baudelaire hasta el español Leopoldo María Panero. También estará formado por catorce escritos que se publicaron en su momento en un periódico. Es una forma de cerrar un círculo.
Ya has comenzado a presentar temas que formarán parte de tu próximo trabajo, previsto para el próximo año. ¿Cómo será ese material?
El trabajo estará formado por tres discos. La idea era sacar el primero en octubre pero vamos tranquilos y posiblemente esperemos a febrero a pesar de que ya está terminado. Ahora estamos grabando el segundo que nos está costando algo más. Las canciones del tercer material ya están compuestas y solo falta la parte de la ambientación musical, la cual quiero orientarla hacia el glam rock con unos coros de soul y un par de voces femeninas. Va a ser como una trilogía donde cada cual tiene una producción totalmente diferente. El trabajo tendrá un nombre que los englobe pero aún no sé cuál será. Por separado, el primero se llamará Alzheimer debido a que es una enfermedad que estoy viviendo de cerca por mi madre. El segundo se titulará Machinada, que en euskera significa revuelta. A través de ocho canciones trataré diferentes temas de la actualidad española como la enseñanza y sanidad públicas, la Casa Real, la corrupción… Quiero que quede como si estuvieras leyendo un periódico, por lo tanto cada día voy añadiendo letras y cambiando expresiones. Ese es el riesgo de este segunda parte, la inmediatez a la larga pierde vigencia. La tercera se titula Glam, como ya he comentado. ¡A ver cómo sale todo! Seguramente un desastre, como en todo en lo q me meto (risas).
¿Ha perdido el rock su esencia, ese fin de protesta y rebeldía?
Hay de todo, pero sí que veo que ahora está mas dirigido para anuncios de televisión. Se pone excesivo interés en las producciones que yo denomino de la NASA, de la factoría Disney, y eso no deja de ser simplemente pasta dentífrica. El rock and roll es, o debería ser, una forma de transgresión cultural, al menos yo solo lo entiendo de esa manera. Los rockeros somos como una especie de trovadores modernos que nos dedicamos a explicar historias desde un punto de vista y a denunciar lo que nos parece injusto.
Precisamente, el propósito del rock fue ese…
Lo que me llamó la atención en mis comienzos fue esa gente trasgresora, empezando por la particular manera de vestir.
Con tus grupos sufriste la censura en su momento. ¿La gente se lleva ahora tanto las manos a la cabeza? ¿Hay de qué alarmarse?
Desde principios de los noventa me da la impresión de que las bandas de rock comienzan a autocensurarse, comienzan a hablar de historias sin alma, además, se ha ido perdiendo esa conexión que las formaciones de rock tenían con las de punk en los ochenta. Hace años en Euskal Herria, Barricada y Txarrena coincidíamos en las salas con otras bandas como Eskorbuto. Por entonces, el publico era casi el mismo y todo ese buen rollo y complicidad se notaba. Con la entrada de los noventa, empieza a ser todo más aséptico. Ahora se ve todo de otra manera. Incluso a veces parece que importa más la estética.
En agosto actúas en el festival En Vivo compartiendo cartel con otros veteranos como Molotov y The Offspring, pero también con nuevas propuestas musicales del panorama español. ¿Qué les recomendarías a estos grupos emergentes que se lanzan a la piscina?
La verdad es que no tengo nada que aconsejarles porque alguna vez que me he reunido con alguno de estos grupos para grabar una canción, me he dado cuenta de que tienen el mismo entusiasmo que sigo teniendo yo. Hay gente ajena a este entorno que se piensa que se juntan para drogarse y beber, pero lo que yo he visto siempre es una puesta de ideas en común, mucha colaboración y trabajo. Así empieza la historia de los que se lanzan a la piscina, y quien no sienta eso, realmente no es una banda de rock.
¿El Drogas siempre dice lo que piensa y hace lo que dice?
El Drogas dice lo que piensa y hace lo que dice pero a veces dice más de lo que hace. Por otro lado, también soy el que más pongo en duda mis propias convicciones. Me gusta aprender de la gente. La vida para mi funciona a base de crisis, altibajos. Yo siempre digo que el encefalograma plano ya vendrá cuando la palme, entonces tendré tiempo para descansar y ahí es cuando habré logrado el equilibrio. Mientras, espero tener esa inestabilidad y meter la pata mil veces.
Entonces, ¿cuál es tu filosofía de vida?
Vive y deja vivir pero a la vez siente empatía por esa gente que te rodea porque esa es la que te enseña a caminar por la vida.
¿Qué expectativas tienes puestas en el concierto del 22 de junio en Londres?
Tengo muchísimas ganas pero ninguna expectativa. Simplemente quiero ir allí y tocar. Soy de los que se sube al escenario a muerte haya tres o tres mil personas. No me resulta tan impresionante el número de asistentes como ver que quien esté se lo esté pasando bien. No me preocupa eso. Los que acudan seguro que se lo pasan en grande.
Más información
EL DROGAS / 21 Y 22 DE JUNIO
21 de junio: Edimburgo / The Annexe
22 de junio: Londres / The Garage
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