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El flufenoxuro amenaza a las abejas

EQUO denuncia al Gobierno y a la Xunta ante la Comisión Europea por querer fumigar con un pesticida prohibido

Albert Einstein dijo una vez que «si las abejas desaparecieran de la superficie de la Tierra, el hombre tendría sólo cuatro años de vida». Esta tremendista afirmación plantea un escenario bastante apocalíptico, pero la importancia de este insecto en la naturaleza, vital para la polinización de determinada flora, hace que la frase del científico alemán cobre especial sentido.

Consciente tal vez de este riesgo, la Unión Europea ha prohibido el uso de flufenoxuro, un pesticida que es especialmente dañino para las abejas. Sin embargo, esta prohibición no entrará en vigor hasta agosto de este año. Amparada por los plazos que marca la legalidad, la Xunta de Galicia ha autorizado el uso de este producto para realizar fumigaciones masivas en su lucha contra la plaga de gorgojo, que afecta a buena parte de los eucaliptos gallegos.

Desde la Xunta se defiende que el flufenoxuro «no es tóxico», y que el uso del mismo no requiere «ningún tipo de autorización especial». EQUO no piensa igual y ha decidido denunciar ante la Comisión Europea tanto al organismo autonómico gallego, como al Ayuntamiento coruñés de Melide y hasta al gobierno español por lo que consideran «una campaña pública, gratuita, y en ocasiones obligatoria, de fumigaciones de eucaliptos con flufenoxuro». Además inciden en los «efectos nocivos para la flora, los suelos, la salud humana y la fauna», y que «es especialmente letal para la población de abejas».

Daniel Pérez, miembro de EQUO, asegura que «hay alternativas naturales al flufenoxuro». Y añade que su partido «defiende limitar al máximo el uso de este tipo de productos, y cuando se usen, hacerlo de la manera menos nociva posible, no con avionetas desde el aire, como va a hacer la Junta de Galicia».

Para Daniel, el hecho de que hasta agosto no esté prohibido el uso de flufenoxuro es lo que ha generado este problema. «Los periodos transitorios están pensados para dar un plazo a las instituciones para adoptar su legislación. En ningún caso se trata de que los gobiernos, como el gallego, realicen una macrocampaña de fumigación gratuita y a veces obligatoria, para gastar todas las existencias de ese producto antes de que se prohíba», asevera. Y señala que «además del riesgo medioambiental, creo que se está estafando al pueblo gallego, gastando dinero público para que los productores del pesticida y la industria del papel ganen unos euros más antes de que la prohibición entre en vigor».

Firmas contra las fumigaciones

Con la intención de luchar contra el uso de este pesticida, se ha creado la ‘Plataforma contra as fumigacións‘. Según ellos, con esta fumigación masiva «aumentará significativamente el declive de población de abejas». A la plataforma se han sumado más de 50 organizaciones de diverso tipo y le han mostrado su apoyo partidos como Esquerda Unida, BNG o EQUO-Galicia entre otros. El dedo acusador de esta plataforma señala a la Xunta, a la industria del papel, el Concello de Melide o la Asociación Forestal de Galicia, entre otros, como responsables o promotoras de las fumigaciones.

Hasta el momento se han recabado más de cien mil firmas en contra de las fumigaciones. Queda por ver si todas estas actuaciones servirán de algo, porque el tiempo juega a favor de la Xunta, que con la ley en la mano puede seguir fumigando con este producto hasta agosto. Hasta entonces seguirá siendo legal, otro asunto sería valorar si es más o menos ético.

A propósito de los plazos, Daniel Pérez asegura que «una cosa es dar unos meses para que todos los actores implicados se enteren de la norma y los supermercados y agricultores tengan tiempo de retirar el producto, y otra es que ese tiempo se use, de mala fe, para agotar las existencias con dinero público». E incide en que «si la Comisión decidiera investigar el asunto, sería muy positivo, porque además podría crear precedente sobre el mal uso de los periodos transitorios y sobre las campañas de fumigación aérea». Sin embargo es consciente de que el reloj juega en su contra y apostilla que «si para agosto no hemos recibido respuesta, lo más normal es que no admitan la denuncia, porque ya carecerá de sentido. Sólo una medida provisional del tribunal gallego podría verdaderamente parar las fumigaciones».

Ahora mismo la pelota está en el tejado de la Comisión Europea. Mientras tanto, la Xunta de Galicia y el Consello de Melide parecen dispuestos a seguir con unas fumigaciones que según EQUO afectarán a «más de 100.000 hectáreas» y en las que «se emplearán 5.000 litros del biocida que se va a prohibir». Por su parte, la plataforma ‘Salvemos las abellas’ sigue recolectando firmas para que este insecto siga recolectando miel. Y Einstein, ¿qué diría a todo esto?

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