El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha anunciado nuevas medidas para combatir la venta de cigarrillos electrónicos dirigida a niños y adolescentes, con el objetivo de evitar la publicidad «inaceptable». Asimismo, se llevará a cabo una revisión de las normas relacionadas con la venta de productos «sin nicotina» a menores de 18 años. Un reciente informe de la BBC reveló que los cigarrillos electrónicos ilegales confiscados a estudiantes contenían niveles preocupantes de plomo, níquel y cromo, superando los límites considerados seguros. Ante este descubrimiento, el primer ministro mostró su sorpresa y se ha intensificado el debate sobre cómo abordar el consumo de tabaco en los jóvenes.
Dentro de los planes del Gobierno británico se encuentra una revisión de las regulaciones para imponer multas a las tiendas que venden cigarrillos electrónicos ilegales. Esta fortaleza en la legislación permitirá a los funcionarios imponer sanciones y multas fijas a los establecimientos que vendan productos vapeadores a menores de edad. Aunque la venta de estos productos a menores de 18 años es ilegal, aún es posible comercializar productos sin nicotina.
La Asociación de la Industria del Vapeo del Reino Unido ha acogido con satisfacción estas medidas, ya que han estado solicitando acciones drásticas desde hace más de un año. John Dunne, director general de la asociación, señaló que «a menos que los comerciantes sin escrúpulos sepan que vender cigarrillos electrónicos a menores puede llevarlos a la ruina económica, continuarán haciéndolo».
Aumento en el uso de cigarrillos electrónico entre los jóvenes británicos
Según una encuesta realizada por YouGov en marzo y abril en nombre de Acción sobre Tabaquismo y Salud (ASH), ha habido un aumento en el consumo experimental de tabaco entre los jóvenes de 11 a 17 años. Este ha pasado del 7,7% en 2021 al 11,6% en 2022. Los vapes desechables de colores llamativos son los productos más populares entre los adolescentes, y la mayoría se compran en tiendas locales.
Tanto profesores como padres han expresado su preocupación por la creciente disponibilidad de estos productos y el hecho de que algunos estudiantes afirmen haberse vuelto adictos a la nicotina a través del vapeo.
El Chartered Trading Institute, encargado de supervisar las normas comerciales en el Reino Unido, acogió con satisfacción el anuncio del gobierno y afirmó que estas medidas «eran necesarias». Los activistas ya argumentan que se necesita una estrategia más audaz en términos de impuestos para hacer que los vapes sean menos asequibles. Deborah Arnott, directora ejecutiva de ASH, afirmó que las propuestas del primer ministro son solo «pasos pequeños» y pidió la implementación de un precio mínimo de 5 libras para disuadir a los jóvenes compradores.
