Después de varios días cerrado por su habitual puesta a punto, el London Eye, atracción imprescindible para todos los que vienen a visitar Londres, reabre mañana sábado 17 de enero, lo que agradecerán sobre todo turistas que buscan en la famosa noria londinense, privilegiadas vistas de Londres desde la altura.
De hecho, en su punto álgido, la rueda alcanza los 135 metros de altura, lo que la llevó a ser la noria más alta del mundo desde el año 2000, momento de su construcción como homenaje al cambio de milenio, y durante 6 años, aunque aún sigue teniendo el récord como la más alta de Europa.
Diseño del London Eye
Además hay que destacar que su estructura está realizada en voladizo, algo muy inusual, ya que supone que todo él cuerpo se apoya tan sólo en uno de los lados, tal cual la diseñaron el matrimonio de arquitectos formado por los londinenses Julia Barfield y David Marks. Esto hace que se mantenga colgando por encima del Támesis, todo un logro, si consideramos las 2.100 toneladas que alcanza sin viajeros.
Una cuestión de seguridad
Aún así, toda precaución es poca, y más en una ciudad como Londres, no precisamente famosa por un tiempo apacible. Así, para la seguridad de los usuarios y de la propia noria, su diseño se centra en su aguante frente a vientos y tormentas, incluyendo pararrayos, lo que la hace perfectamente segura en caso de llevar gente en alguna de sus 32 cápsulas.
No solo eso, cada cápsula cuenta con calefacción y un extraordinario sistema de estabilización, velando por el confort de los ocupantes. Con todo esto, no quedan excusas posibles para no disfrutar de un agradable paseo por las alturas que dura una media hora y que recompensa con las mejores vistas de la capital británica sin esfuerzo, motivo más que suficiente por el que se ha ganado su nombre, traducido literalmente: El Ojo de Londres.