La dependienta denunció a la empresa por exigirle que se maquillara para estar cara al público Cuando se trata de vender, muchos expertos en marketing coinciden en que el contenido no importa tanto como la presencia, y siempre se ha dicho que «una cara bonita vende más», o que «una imagen vale más que mil palabras». Estos principios los ha asumido, como otras muchas empresas, Harrods, que ‘obliga’ a todos sus trabajadores que atienden a los clientes directamente, a mostrar su mejor aspecto. Una de las dependientas de esta empresa no estaba por la labor y, decidió llevar a los grandes almacenes ante el tribunal. La sentencia del juez, le ha quitado la razón. Melanie Stark, la protagonista de esta historia, ha llevado a cabo una lucha contra el rímel, el pintalabios, o el sinfín de cremas que se utilizan para tener una piel tersa y reluciente. Stark, al contrario que otras mujeres no está dispuesta a perder su tiempo frente al espejo, lo justo para refrescarse la cara con un poco de agua o limpiarse los dientes. Pero sus jefes no piensan lo mismo, y cuando se ha presentado en el trabajo sin un polvo de maquillaje en su rostro la han enviado de vuelta a su casa. Después de negarse en diferentes ocasiones a las recomendaciones de sus superiores, y por consiguiente, no asumir las indicaciones de vestuario que el código de Harrods establece, fue reubicada, como castigo, en los almacenes, lejos de la visión de los consumidores. Después de estar cuatro años trabajando cara el público, decidió poner el asunto en manos de la justicia, y sentar en el banquillo de los acusados a los famosos almacenes británicos, ya que al contrario de lo que dice la letra de la canción de Mecano: «no me mires no me mires déjalo ya, que hoy no me he puesto maquillaje (jey jey), y mi aspecto externo es demasiado vulgar’, no veía su situación tan grave. La maza del juez ha sentenciado que la empresa tiene la razón, y ha abierto la caja de los truenos, ahora el debate está en la calle, ¿Qué límites estéticos existen cuando una persona acepta un trabajo?. En España recientemente saltó a los medios de comunicación una decisión de una compañía aérea que prohibía a sus trabajadoras llevar pantalones y les recortaba la falda cinco centímetros. Según recoge el periódico británico The Guardian, el código de vestuario de Harrods señala que las dependientas que atienden al público deben estar «totalmente maquilladas todo el tiempo con base, colorete, lápiz labial, delineador de labios y gloss».