Las cabinas rojas telefónicas de Londres son un icono de la ciudad pero con la irrupción de los teléfonos móviles en los últimos 20 años, se han dejado de utilizar. Y aunque es cierto que Ofcom, el regulador de telecomunicaciones del Reino Unido, ha intentado por todos los medios que BT desmantelara hasta 5.000 cabinas en todo el Reino Unido, las cabinas son, a día de hoy, puramente decorativas en el paisaje urbano no solo de Londres si no de otras ciudades británicas. Ante esta decadencia de las cabinas rojas telefónicas, son muchos lo que han intentado, a lo largo de los años, reutilizarlas de diferentes formas. Desde convertirlas en cafeterías hasta en tiendas de reparación de móviles pasando por convertirlas en exposiciones de arte.
Ahora Nuriyeh Popalzi, un joven empresario que presentó la solicitud de planificación en el marco del Programa de Apoyo a Jóvenes Emprendedores, ha pensado reconvertir dos cabinas telefónicas de la calle Coventry en Westminster, en máquinas expendedoras.
Popalzi propone repintar las cabinas, quitarles las puertas y poner máquinas expendedoras que vendan aperitivos y bebidas, ofreciéndolos durante las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Así explicó el autor de la propuesta sus ventajas: «Es un servicio moderno con muchos beneficios para un lugar concurrido como este. Uno puede pararse a tomar un refrigerio o una bebida sin necesidad de hacer cola y esperar su turno para ser atendido en una tienda”.
Las cabinas rojas de teléfono se han convertido en baños públicos
Esta es una de las formas más innovadoras y originales que se han pensado para reutilizar las cabinas rojas de teléfono. Y es que además de ofrecer un servicio, esta nueva idea es ideal para evitar que se deterioren pues muchas de ellas, al estar fuera de servicio, se utilizan como baños públicos no oficiales.
En su solicitud, Popalzi ha agragado: “Las dos cabinas que propongo están fuera de servicio. Y se mantienen en malas condiciones de mantenimiento, lo que atrae comportamientos antisociales y crea un sitio desagradable en una de las zonas más históricas y turísticas de Londres».
El joven emprendedor ha dicho que, además, los beneficios obtenidos por el proyecto irían destinados a donaciones y organizaciones benéficas. La propuesta que ha hecho Popalzi todavía no ha recibido el visto bueno del Ayuntamiento de Westminster.