Fue el pasado 7 de mayo en Marbella. El ortodoncista de moda entre la comunidad latinoamericana de Londres, Antonio Elia D’Apuzzo Lazzara, se casó con su pareja, el abogado José Francisco Robles Gómez. Delante de más de 170 invitados procedentes de todo el mundo, D’Apuzzo dio el sí quiero en el exclusivo Cabane Beach club de Marbella, España.
Antonio es hijo del doctor Antonio D’Apuzzo Ferraioli y de Doña Sonia Trinidad Lazzara Navarrete. José es hijo de don Juan Carlos Robles Sánchez y Doña María del Carmen Gómez Hernández. En la ceremonia, los novios vistieron trajes de Hugo Boss.
La boda, cargada de momentos muy emotivos, comenzó con la aparición de Antonio, que enfiló el pasillo que dirigía a la mesa de ceremonia acompañado por su madre, que lució un vestido de la diseñadora venezolana María Belén Fernández. Acto seguido apareció un radiante José, acompañado de su madre, que lució un vestido de la diseñadora andaluza Matilde Cano.
La boda culminó con el intercambio de votos y anillos y con el “si quiero”, que estuvo acompañado del beso de los nuevos casados. El mar Mediterráneo fue un testigo de excepción del evento. Una vez concluida la ceremonia, se agasajó a los invitados con un cóctel y un banquete por todo lo alto. Los invitados, procedentes de diferentes países como Venezuela, Argentina, México, Italia, Francia, Escocia, España y Reino Unido, vivieron una velada elegante y con mucho caché.
Flores, sonrisas y un vals: una noche de ensueño en Marbella
Las flores fueron protagonistas. Las flores blancas lucieron a la perfección cada rincón del evento. Así mismo, los novios lucieron una pequeña orquídea en la solapa de sus trajes, en una guiño a la flor nacional venezolana. Cuando terminó la ceremonia, a los novios no sólo se les lanzó arroz, si no que también se lanzaron hojas de olivo que hicieron referencia a las fértiles tierras de Andalucía, cuna que vio crecer a José.
El banquete comenzó con música ambiente y unas cálidas palabras de agradecimiento que fueron dirigidas a todos los invitados. La comida incluyó sopas de los más delicados mariscos, pescado, carne y un maravilloso postre de chocolate blanco como punto final.
Acto seguido los novios tuvieron la dicha de abrir el baile nupcial con un precioso vals. Todos los invitados les acompañaron con bengalas, y la noche estrellada se iluminó. Por un momento parecía que solo ellos dos bailaban y eran el centro del universo.
Las sonrisas de cada uno de los asistentes fueron y serán, sin lugar a dudas, el mejor souvenir de una velada única. Acto seguido llegó el turno de uno de los mejores DJ de la costa del sol, que estuvo acompañado de un grupo musical venezolano que amenizó la fiesta y que hizo que todo el mundo bailara hasta altas horas de la mañana. Coronas, flores, gorros y sombreros volaron por los aires en lo que fue sin duda un momento de exaltación de la amistad.
Y así volvió Antonio D’Apuzzo ( y ahora de Robles ) a casa, cerca de todos vosotros queridos lectores, lleno de recuerdos y con una sonrisa de oreja a oreja. Y así os atenderá cada vez que os paséis por Prem Dent a visitarlo y que ¡que vivan los novios!