Reino Unido ha comenzado a retirar a los miembros del personal de su embajada en Ucrania en respuesta a la creciente amenaza de Rusia, ha dicho el Ministerio de Asuntos Exteriores. Se ha pedido a algunos empleados y a sus dependientes que abandonen el país ante el temor de que la guerra sea inminente.
La medida se produce después de que el Gobierno de EEUU ordenara a las familias de los diplomáticos en Ucrania que abandonaran el país y desaconsejara todo tipo de viajes, salvo los esenciales, a la nación del este de Europa.
Las fuerzas rusas se han concentrado en la frontera con Ucrania en los últimos meses. Esto ha provocado que Boris Johnson y Joe Biden hayan advertido al presidente ruso, Vladimir Putin, sobre una posible invasión.
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha dicho: «Algunos miembros del personal de la embajada y sus dependientes están siendo retirados de Kiev. En respuesta a la creciente amenaza de Rusia. La embajada británica sigue abierta y continuará llevando a cabo su trabajo esencial».
Reino Unido cree que existe un riesgo real de conflicto en Ucrania
El Reino Unido cree que existe un riesgo significativo de que Rusia lance un ataque a gran escala contra Ucrania. El embajador del país en Londres, Vadym Prystaiko, advirtió ayer que el riesgo de una invasión es «extremadamente alto». Según Prystaiko, los rusos están aumentando sus fuerzas, que se suman a los 100.000 soldados que ya tienen en la frontera.
«Lucharemos hasta la muerte. Desgraciadamente, mucha gente de nuestra nación morirá, pero intentaremos acabar con todos los rusos que vengan. Estamos reuniendo las fuerzas, pero no estamos tan bien equipados para una lucha prolongada con los rusos», ha añadido Prystaiko.
El Gobierno británico ha acusado a Putin de conspirar para instalar a un líder pro-Moscú como jefe del Gobierno ucraniano. Ha mencionado al ex diputado ucraniano Yevhen Murayev como posible candidato del Kremlin para ocupar el cargo en Kiev, una afirmación que Moscú ha tachado de «disparate».
Se teme que la crisis provoque un aumento de los precios de la energía en Europa, ya que, según The Times, los funcionarios temen que Rusia pueda restringir el suministro de gas en respuesta a las sanciones.