Lograr el peso ideal -y sobre todo mantenerlo- dependerá de tomar medidas en varias áreas de nuestra vida. A continuación, encontrarás una serie de recomendaciones que te permitirán realizar cambios paulatinos en tu estilo de vida, que a la larga se reflejarán no solo en tu salud integral sino también en la báscula.
– Toma agua. El hambre puede confundirse con deshidratación; por lo que, cuando sientas hambre, ingiere un vaso de agua. Asimismo, la deshidratación puede alterar nuestro metabolismo, por lo que debemos consumir suficiente agua y mantener al mínimo el sodio, la cafeína y el alcohol. De igual forma, beber dos vasos de agua antes de cada comida puede promover la pérdida de peso.
– Come ¡verdaderos carbohidratos! Reemplaza los carbohidratos refinados (pan blanco, pasta, pan, galletas) por carbohidratos complejos provenientes de frutas, verduras, granos enteros, nueces, semillas y legumbres; y procura consumirlos tal como los encuentras en la naturaleza (sin procesar).
– Elige grasas saludables. Es un error común eliminar las grasas si se busca bajar de peso; en realidad, no podemos vivir sin grasas. Las grasas buenas promueven la protección contra enfermedades cardíacas, cáncer, Alzheimer, depresión, reducción de presión arterial y colesterol. Escoge fuentes como nueces, semillas, pescado, aguacate, coco y aceite de oliva extra virgen.
– Consume proteínas magras. Las fuentes más ricas de aminoácidos incluyen productos como carne, lácteos, huevos, pescado, frijoles, nueces, semillas y leguminosas. Si eliges productos animales, sé consciente de la forma en que el animal fue criado y lo que comió.
– ¡Desayuna! Con un buen desayuno le darás a tu metabolismo un impulso y controlarás mejor tus antojos.
– Come frecuentemente. Al equilibrar la ingesta de alimentos durante el día, le dejarás saber a tu cuerpo que la comida está disponible y que puede quemar calorías en lugar de almacenarlas como grasa.
– Ejercita tu cuerpo y tu mente. El ejercicio tiene enormes beneficios para tu cuerpo y mejora tu estado de ánimo. Haz ejercicio al menos 30 minutos todos los días y mantén tu mente activa: piensa positivamente, medita, lee, juega al Sudoku, etc.
– ¡Duerme! La falta de sueño altera el balance de energía, metabolismo y apetito. Esfuérzate por lograr entre siete y ocho horas de sueño cada noche.
– Aprende a cocinar. Al cocinar en casa podrás controlar las porciones y la calidad de los ingredientes, y se reduce el consumo de sodio, grasas y calorías. Aprende a hornear y asar, en lugar de freír, y come más alimentos crudos.
– Investiga tus alimentos. Lee las etiquetas y evita el azúcar, grasas transgénicas, jarabe de maíz, fructuosa y los impronunciables “nombres químicos”. Los alimentos más saludables son los que se encuentran en su estado natural. ¡¿Cuándo fue la última vez que viste una lista de ingredientes en un tallo de brócoli o en un fresco filete de salmón?!
Recuerda que el peso puede ser el reflejo de tu estilo de vida. ¡Ten en cuenta lo que pones en tu plato pero también lo que pones en tu mente y en tu corazón!