La creciente demanda inmobiliaria y la escasez de viviendas en el mercado provoca un boom en los precios, que se situan en niveles anteriores a la crisis, aunque los expertos niegan que pueda producirse otra burbuja inmobiliaria.
Saltan las alarmas en el mercado inmobiliario de Reino Unido. El paulatino aumento del precio de la vivienda, que poco a poco ha crecido hasta situarse en máximos similares a los de 2007 – un año antes de que se desatase la actual crisis económica – ha provocado preocupación en el sector al temerse que esta tendencia pueda causar, de nuevo, una burbuja inmobiliaria.
El aumento del número de compradores y la disminución de las viviendas en el mercado han sido, según los expertos, los causantes de este nuevo desequilibrio mercantil en el territorio británico. Sin embargo, los expertos han tratado de restar importancia a los temores, negando que estemos ante el brote de otra burbuja.
Desde Hometrack, organización analista de la vivienda, se ha tenido en cuenta que los precios de las casas subieron en Reino Unido un 0,3% en un mes, mientras que en Londres, donde se concentra la mayor parte de la especulación inmobiliaria, se produjo un aumento del 0,7%. Según estos datos, Oxford y Cambridge fueron las siguientes ciudades, después de la capital, en sufrir un mayor aumento, en este caso de un 0,5% y un 0,4% respectivamente. Mientras, el noreste ha sido la única región que ha experimentado una caída de los precios.
Los datos del banco británico Halifax han puesto de manifiesto que el precio medio de una casa nueva en Reino Unido ha aumentado un 12% en Inglaterra y Gales desde 2007 al 2012. Mientras tanto, los consumidores advierten que cada vez tienen menos problemas a la hora de obtener una hipoteca, aunque aún siguen necesitando hacer un gran desembolso de capital.