Entrevista a Txema Pérez, actor y periodista español
Txema Perez es el actor español que será el protagonista de The Nightmare Dreamer, una obra que en un par de meses se estrenará en Blue Elephant Theatre. Este joven artista y periodista vasco que vive en Londres con un saco lleno de sueños –de colores, por cierto-, refleja la tendencia cada vez más común entre los jóvenes españoles de reinventarse profesionalmente y de buscar diferentes caminos para ganarse la vida. En su caso, el periodismo y el teatro han llenado las etapas más importantes de su vida, pero Txema lo tiene claro: «Prefiero El teatro. Si bien he hecho pocos trabajos interesantes como reportero, la televisión paga facturas y quienes se preocupan por ti te ven salir al aire y se quedan tranquilos porque te ven trabajando».
¿Quién es Txema Pérez?
Como actor me considero bastante generoso, siempre confío en la relación con mi partner. De hecho, monto todas las escenas en función a la química o la relación que se crea con los otros actores. En el ámbito privado y cotidiano también soy generoso, me encanta invitar a las personas a casa y cocinar para ellos. Soy del País Vasco y allí la cocina es una religión.
¿Por qué estudiaste periodismo e interpretación?
Les dije a mis padres: «Papá, Mamá, quiero ser artista»; ellos me respondieron: «Primero te sacas una licenciatura y luego haces de tu capa un sayo si te da la gana». El periodismo está más combinado con mi trabajo de reportero. Una cosa alimenta a la otra. Me sigue gustando y lo combino. Nuestra generación monta su vida apoyándose en varias profesiones. En ambos casos, el periodismo y la profesión de actor, se basan en contar historias. El postgrado en Londres coincidió con un momento fundamental, de catarsis, comprendí saber donde estaba y que quería hacer con mi vida. En este postgrado de Performing Arts que hice en la London International School, aparte de la interpretación, aprendí a ser un estudiante creador, hay empujar para encontrar mi propia voz. Sea de director, actor o reportero, el caso es contar historias.
¿Cómo empezaste en el mundo de la interpretación?
Empecé con la interpretación muy tarde, a los 21 años. Antes de eso presenté la gala de mi colegio cuando tenía 18 y cuando tenía 12 hice de vampiro con una capa de zorro a la que le tape la Z. Mi click lo hice cuando estudiaba química, era una vida gris, hasta los pasillos eran grises. Las personas no vestían con ropas de colores, se empezaron a dibujar posibilidades de empleos y posiciones como químico y tuve claro que no era lo que quería. Y mi tío, cual mecenas de siglo XVIII, me dijo que me había inscrito en una escuela de teatro y aquí estoy ahora.
¿Y cómo se vive siendo actor?
Es una aventura. Moderas tu vida en función a esta profesión. Lo que se necesita, sobre todo, es la autodisciplina. El sacrificio-ventaja es el estar fuera del sistema, si bien no tengo una vida o salario regular por otra parte, tienes la aventura y formas tu espíritu de adaptación.
¿Cuáles son las expectativas en este rol protagonista en The Nightmare Dreamer, obra que se presentará en el Blue Elephant Theatre?
The Nightmare Dreamer es una combinación del género del teatro físico y del teatro histórico. Por una parte, me han dado mucha libertad para montar este personaje, que es capaz de soñar las pesadillas del resto, capaz de ponerse en el lugar de los otros. Pero por otro lado, en el proceso creativo nadie me dice demasiado. Lo estoy viviendo como algo mío y por eso vivo este momento con ilusión y cuidado. El teatro físico me gusta más que cualquier obra clásica.
¿Qué género te interesa más o con cuál te sientes más cómodo?
Trabajo más el drama, de hecho la obra que se aproxima es un ejemplo de ello. El papel en The Nightmare Dreamer, me lo han dado sin audiciones porque conocían mi trabajo precedente, precisamente en el estilo dramático.
¿Qué es lo que más te llena de esta profesión?
Cuando estoy en el escenario desconecto con mis propios conflictos, problemas y consecuencias y me encarno en el personaje. Cuando la audiencia se va del teatro más sensibilizada, es cuando soy feliz en mi trabajo.
Txema puede imitar muchos acentos, se contuvo durante toda la entrevista para no imitar el mío. Entre respuestas y preguntas se mostró amable y gracioso. Me contó de su incursión en una obra como cloud y que fue una de las experiencias más bellas que había disfrutado. Con una facilidad pasmosa para robar sonrisas, Txema se despide contándome cuál es su máxima aspiración profesional: «Quiero hacer una buena película, que sea recordada. Una buena película que la gente vea para animarse. Creo que si logro hacer eso, mi trabajo es completo.»